El plan de Gustavo Costas tras el golpazo de Racing en la Copa Argentina: ¿llegarán refuerzos?

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En lo que va de este 2024, Racing jugó 19 partidos. Once victorias, tres empates, cinco derrotas. De esos triunfos, seis fueron goleadas contundentes (3-o a Tigre, 4-1 ante San Lorenzo, 4-0 frente a Newell's, 3-0 contra San Martín de Burzaco, 3-0 a Bragantino y 4-1 contra Belgrano). Si se mirara el balance, los fríos números del año como si se tratara de una planilla, se podría decir que son aceptables: sacó el 58% de los puntos. Ahora, si lo que se mira es la temperatura de la cancha de Quilmes después de la eliminación ante Talleres, de Remedios de Escalada, por los 16vos de la Copa Argentina, el pasado jueves, la valoración deportiva muestra un estado grave.

"Es una situación para ocuparse y preocuparse", la definió Gustavo Costas, el entrenador académico, apesadumbrado por la caída ante Talleres. El hombre de la casa que arribó a finales del año pasado con un aire de cambio después del ciclo de Fernando Gago, con un mensaje de que ya no alcanzaba con competir, que Racing necesitaba un título. Sin embargo, de las cuatro competencias que se pusieron en juego en este año hay dos en las que ya no participa, la Copa Argentina y la Copa de la Liga. Y hay algo peor: ni siquiera participó en las instancias decisivas, quedó muy lejos de la pelea. En el torneo de la Liga Profesional quedó fuera de los cuatro clasificados de su zona de 14 equipos. En la Copa Argentina cayó 16vos de final ante Talleres, de Remedios de Escalada, un equipo que marcha 15° en la Zona A de la Primera Nacional.

Dos golpes muy duros en la mitad celeste y blanca de Avellaneda, que mueven los cimientos de una calma que comenzaba a construirse después de un fin de 2023 muy agitado. A Racing no sólo se le exige porque en la última década levantó su propia vara de competitividad y acostumbró a sus hinchas y al medio a tenerlo como protagonista. Además, para este 2024 incorporó más de una docena de refuerzos y conformó un plantel que tiene más de dos variantes interesantes por puesto. A excepción de Boca, River y Estudiantes, una situación a envidiar para el resto de los equipos del fútbol argentino, que deben hacer equilibrio entre juveniles y futbolistas con poco roce en Primera.

Esa abundancia es la que ahora deberá administrar Costas de cara al segundo semestre. A modo de ejemplo, ante Talleres, de Remedios de Escalada, la Academia tuvo en el banco a futbolistas como Gabriel Arias, Adrián Martínez, Santiago Solari, Nazareno Colombo y Johan Carbonero, mientras esta semana ya sumarán tras recuperarse de su lesión Leonardo Sigali, Juan Nardoni y Leonel Miranda, entre otros. Todos nombres fuertes.

Un -otro- cachetazo como el que recibió en la Copa Argentina incide sobre la planificación para lo que viene. En el inicio de la semana, el presidente Víctor Blanco ya había inaugurado la época del mercado de pases: aseguró que no llegarán refuerzos y que, a no ser que salgan por la cláusula, no se venderán jugadores que Costas considere titulares.

Algo de eso influyó en el armado del 11 inicial que pensó Costas para un partido decisivo aunque se tratara de un rival inferior. El técnico decidió darle la chance de titular a Roger Martínez, con un 2024 errático y con un futuro que parece lejos de Avellaneda. Para hacerle lugar al colombiano dejó sentado en el banco al otro Martínez, a Maravilla, la gran figura del año que marcó 16 goles en 19 partidos en Racing.

"A Maravilla lo guardamos porque se nos vienen casi tres partidos seguidos. Es lo que venimos haciendo, como ya se dio contra San Martín de Burzaco. Roger salió porque tenía una carga muscular. Y lo de Juanfer fue una decisión táctica", explicó luego el DT, que como ya había hecho también en el partido anterior de la Copa Argentina le dio la chance de ocupar el arco a Facundo Cambeses, responsable en la agónica derrota.

Sin una identidad definida desde el juego, el equipo de Costas mostró a lo largo de estos 19 partidos ser algo endeble desde lo anímico y depender demasiado del poder de fuego de sus hombres de ataque, en especial de los zurdos Martínez, Maximiliano Salas y Juan Fernando Quintero. Frágil en defensa y con dificultad para imponerse cuando el rival le saca ventaja, quedó expuesto en algunos momentos del semestre más allá de las goleadas y el triunfo en el clásico de Avellaneda, como visitante.

"Jugamos mal. Cuando jugas mal casi siempre perdés. Nos duele a todos porque veníamos bien. Parecimos otra cosa, otro equipo. Nos pega a todos igual, nos duele a todos. A los jugadores, a mí. Hay que hablar y levantarse de nuevo", relativizó el técnico.

Pero la eliminación de la Copa Argentina pareció revolver la desconexión que siente el hincha de Racing con el equipo, algo que también se replica en distintas tribunas argentinas. El castillo de siete triunfos en fila que había alcanzado el cuadro de Costas se levantó sobre arenas movedizas, por el clima propio que vive la mitad celeste y blanca de Avellaneda desde aquel penal errado por Jonathan Galván a finales de 2022 y por tratarse de un año electoral, con la singularidad de que es posible que Víctor Blanco ceda el poder después de ejercerlo durante más de una década. Como si fuera poco, en el último mes Diego Alberto Milito volvió al Cilindro de Avellaneda, en un claro indicio de que jugará políticamente en la elección, más allá de que aún se desconozca cuál será su rol y con qué sector participará.

El diciembre electoral, de todos modos, aún queda muy lejos en el horizonte. Costas deberá barajar y dar de nuevo con el mazo de cartas que eligió para este 2024. Aunque sabe ya que tiene dos vidas menos. En la lista de objetivos, quedan sólo la Copa Sudamericana y el campeonato local, los dos torneos más complejos en la previa. Y eso le exigirá una obligación mayor, la que se colgó el propio DT en su primera aparición pública en el regreso al club.

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