La Inglaterra de los 626 millones de euros estuvo virtualmente eliminada, pero encontró el desahogo ante Suiza en los penales

La selección mejor cotizada del planeta forzó el tiempo suplementario y la tanda de penales contra Suiza y alimentó su sueño de campeón tras más de medio siglo sin alegrías. La Inglaterra de los 626 millones estuvo virtualmente eliminada hasta los 35 minutos del segundo tiempo, pero acertó en todos sus remates en la definición y definirá el pase a la final de la Eurocopa frente a Países Bajos, que derrotó 2-1 a Turquía. Los suizos saborearon la victoria y redondearon su mejor campaña en la historia de la competencia, además de escalar 15º lugar en el ranking de selecciones de la FIFA.

El vigente subcampeón de Eurocopa rozó el drama en Düsseldorf y logró una vida extra en un torneo en el que ha tenido indudablemente a la fortuna de su lado. Los dirigidos por Gareth Southgate consiguieron un solo triunfo en el tiempo regular: vencieron a Serbia en el debut, igualaron con Dinamarca y Eslovenia en el cierre del Grupo C y derrotaron a Eslovaquia en el suplementario tras un gol de Harry Keane en el minuto 95. Demasiado poco para el combinado europeo con mayor cantidad de futbolistas valuados por encima de los 100 millones de euros: Jude Bellingham, Phil Fode, Bukayo Saka, Declan Rice y Harry Kane.

Aun así, los ingleses lograron sacar adelante un partido complicado pese a la exigua cantidad de situaciones generadas por los dos equipos. Un dato: Un ejemplo: Suiza marcó el 1-0 a los 75 de juego en su segundo disparo al arco, mientras que los británicos alcanzaron el empate a los 80 en su primer intento a los tres palos.

Lo mejor del partido

En el partido 100 de Gareth Southgate al frente de The Three Lions, Inglaterra mostró una leve mejoría en el juego en comparación a los anteriores encuentros, aunque dependió exclusivamente de las capacidades individuales de Saka y de su arquero Jordan Pickford para festejar el pase a las semifinales.

El fútbol todo agradeció al italiano Daniele Orsato no haber adicionado un solo segundo más a un primer tiempo soporífero que languideció de principio a fin. Inglaterra tuvo más la pelota (65-35), pero no supo qué hacer con ella. Suiza esperó plantado en campo propio y sus 38 recuperaciones de balón no le permitieron enarbolar un solo contragolpe de peligro, aunque tampoco sufrió en su área. Solo Buyako Saka intentó combatir el ritmo ansiolítico con que transcurrió la primera mitad. La joven estrella del Arsenal y mejor jugador del partido cumplió la doble función de volante/extremo por la derecha y de sus pies nacieron las acciones más peligrosas del conjunto de Southgate, en claro contrapunto con la mayoría de sus compañeros.

Tras los primeros 45, Suiza adelantó sus líneas y plantó batalla en el círculo central, con el multifacético Granit Xhaka manejando los tiempos del partido y un sacrificado Breel Embolo disputando todo balón que merodeara el área británica. El delantero del Monaco tuvo un duelo aparte con los defensores ingleses y facturó en su segunda ocasión clara para poner sorpresivamente en ventaja a los de Murat Yakin. Embolo interceptó un buscapié de Dan Ndoye y la empujó sobre la línea cuando John Stones se disponía a cometerle penal.

Inglaterra precisó estar abajo en el marcador para ensayar al menos un atisbo de reacción. En la previa, leyendas del fútbol inglés como Gary Lineker, Alan Shearer y Rio Ferdinand habían criticado duramente a los jugadores y al entrenador por la pasividad del equipo y la falta de variantes en ofensiva. Soutghate archivó sus libros y dispuso un triple cambio en el final para alinear en ataque a Kane, Cole Palmer, Foden, Eberechi Eze, Bellingham y Saka, que tres minutos más tarde convirtió el 1-1. El suplementario volvió a ser favorable a Suiza, mientras que los ingleses escogieron claramente el camino de los penales. Y no fallaron.

Inglaterra convirtió sus cinco disparos frente al arquero de menor talla de la Euro (Yann Somer; 1,83) y celebró gracias a la insólita definición de Manuel Akanki, que abrió la serie con un remate suave y anunciado, un verdadero regalo para Pickford. Respaldados por más de 50.000 ingleses, los británicos salvaron la ropa en el final y quedaron a un paso de su segunda final de Eurocopa. Tras 58 años de sequía, Inglaterra no se rinde. Lo imposible, a veces, solo tarda un poco más.

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