La mano de Riestra que no le cobraron a Vélez y el codazo en Banfield que fue "siga, siga"

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El debate sobre las decisiones arbitrales en el fútbol argentino se volvió a abrir este viernes en los cruces entre Banfield y Huracán, y Vélez y Deportivo Riestra. En este caso hubo dos penales no sancionados a los locales, los cuales reclamaron ambos equipos e, incluso, se trataron posteriormente al partido.

Por un lado, Guillermo Barros Schelotto comenzó su gestión al mando del Fortín con el pie izquierdo: perdió 1-0 con Riestra en el Amalfitani, pero un penal no cobrado sobre el final podría haber cambiado la ecuación.

La polémica tuvo lugar en el minuto 36 del segundo tiempo, cuando el equipo de Liniers desbordó por la derecha y lanzó un centro al área, el cual no prosperó, pero el rebote quedó en poder de Maher Carrizo, que remató tras el pique con dirección al arco. El tiro, aunque débil, fue obstruido por la mano de Mariano Bracamonte.

La acción fue reclamada por todo Velez, pero el árbitro Leandro Rey Hilfer consideró que no debía cobrar penal y justificó con gestos que el futbolista no tenía intención de intervenir en la jugada con la zona indebida. Además, el juez no fue consultado por el VAR, lo que generó la reacción del local y de Barros Schelotto, que frenó el lanzamiento de un lateral para pedir que revisen la jugada.

En la conferencia de prensa, el entrenador volvió a insistir en que fue penal y señaló que el árbitro "se equivocó y punto". "Yo no lo vi porque justo estaba dando una indicación, pero está visto. No quiero hablar de eso ni que se trate de justificarlo. Ya está, ya pasó. Me quedo con la actitud y la intención de los jugadores, que intentaron hacer lo que entrenamos y ese es el camino para ganar el próximo partido", agregó.

Además, felicitó al rival por el juego durante el encuentro y dijo que Jonathan Herrera, autor del único gol del partido, "cabeceó bien", a modo de ironía como análisis del partido. "Ganó el equipo que tuvo efectividad en el único tiro al arco y que se defendió los 90 minutos", remarcó.

Por otra parte, el cruce entre Banfield y Huracán también tuvo sus polémicas y reclamos. Ninguno se pudo sacar diferencias e igualaron sin goles, aunque el Taladro reprochó dos situaciones que pudieron haber cambiado el rumbo del partido.

La primera ocurrió a los 25 minutos de la segunda parte, cuando el lateral derecho Ramiro Di Luciano se metió en el área y fue derribado con el brazo por César Ibáñez. Desde el Taladro reclamaron que fue penal porque impactó en la cara del futbolista con dominio de pelota, mientras que el árbitro Fernando Echenique dejó seguir la jugada.

En el final del partido, en tiempo suplementario, Banfield tuvo un córner a favor en el que fue a buscar la victoria. Tras el centro, Paul Riveros saltó a cabecear pero no logró concretar el remate porque su marca lo desacomodó con los brazos. Para el Taladro fue un penal no cobrado; para los jueces, una jugada lícita.

De todos modos, Huracán tuvo su reclamo también. Al final del primer tiempo, Eric Ramírez fue a buscar un centro y Di Luciano lo sujetó. El delantero efectuó el cabezazo, que fue desviado, pero lo realizó con incomodidad por la marca del defensor, que en ningún momento buscó la pelota, sino que se preocupó por su rival.

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