Valentín Carboni: hábil, zurdo, formado en Inter, bajo el calor de la herencia y con la celeste y blanca pintada en la piel
06/08/2024 07:31 AM
Valentín Carboni es el prototipo de una tendencia que no se detiene. Pertenece al club de los "europibes", un grupo de talentosos juveniles que representan una suerte de hijos de la crisis de 2001 (y en otras épocas de crisis y oportunidades), nacidos o criados lejos de nuestro país. Y que tienen una misión: llegar al próximo Mundial.
Zurdo elegante, alto (1m85), serio, nacido en Buenos Aires, con acento italiano, fue parte del Sub 17 de Italia y, rápidos de reflejos, desde Chiqui Tapia hacia Lionel Scaloni, con el respaldo de los cazatalentos de hoy y siempre (y el visto bueno de la familia, encabezados por papá Ezequiel), fue parte del Sub 20 de Javier Mascherano. Representa la última debilidad del DT campeón del mundo. Algo así como el futuro Angel Di María, un puñal vertiginoso y hábil por las bandas.
La Copa América puede ser una plataforma perfecta para el joven surgido en Inter y de convincente travesía por Monza. Su debut en el seleccionado mayor fue el 26 de marzo pasado: resultó una nota estelar en el triunfo por 3 a 1 sobre Costa Rica apenas ingresó por Angelito, mezclado entre los campeones mundiales. Los últimos compases del amistoso sirvieron para que Scaloni tomara nota de que ya dio el salto de calidad imprescindible.
Formado en Lanús, en donde su padre fue capitán y entrenador, emigró en 2020 para vestirse con la camiseta juvenil de Catania. Se formó en Inter, en donde los argentinos tienen un cuadro de honor y desde allí, voló a Monza. Esta temporada, Carboni se transformó en una revelación. Alcanzó los 31 partidos (1159 minutos), 2 goles (no es su fuerte) y 4 asistencias. Su equipo terminó en el puesto 12°, todo un suceso, 10 puntos por encima del último descendido, Frosinone.
En la ciudad en la que se pisa el acelerador a fondo, es una referencia. Raffaele Palladino, el entrenador que ahora pasó a Fiorentina, solía embriagarlo dulcemente. "Lo amo. No sé dónde puede llegar este chico, pero creo que puede llegar muy alto. Tiene un gran talento, grandes cualidades técnicas, físicas y sobre todo mentales. Siempre quiere mejorar cada día, tiene un gran futuro por delante si sigue trabajando con esta mentalidad. Es el primero en defender, el primero en atacar y en sacrificarse. Estoy loco por él, le quiero: me gusta mucho, hizo un gran camino de crecimiento. Ahora se ven los frutos", reconoce. Intuía que iba a perderlo: Lazio sigue sus pasos al costado izquierdo.
De "europibe" tiene poco Valentin Carboni. Puro baby fútbol argentino. Íncreíble lo que jugaba en @ClubLafuente. pic.twitter.com/hiwqepLL9s
— Alan Alberdi (@AlanAlberdi) May 20, 2023
Los ocho minutos con la selección mayor frente a Costa Rica dejaron una jugada que se hizo viral por la magia de su zurda, que confirma las huellas del potrero (a esta altura) imaginario de nuestro país. La herencia. Lo que motivó el elogio de su padre, Ezequiel. "Ya me superó, es un orgullo. Estamos todavía sin dormir con mi señora, porque acá en Italia el partido fue a las cuatro de la mañana. Seguimos derecho con la excitación del debut y la alegría que tenemos", contaba Carboni padre, que trabaja en las divisiones formativas de Monza, en declaraciones a DSports. Talentoso como Facundo Buonanotte, aunque más vertical que el joven surgido en Rosario Central, puede jugar de media punta o de extremo, como mandan los tiempos de Europa.
En el Mundial Sub 20, bajo el aura de Javier Mascherano, se puso la número 10, no tan incómodo como enganche, conducción y personalidad. Su altura puede ser un engaño: es pícaro como los cracks de baja estatura, escurridizo.
Desde ya, Carboni creció latiendo fútbol en el ambiente. Su formación arrancó en el papi fútbol, en el club Lafuente de Lanús. Junto a su hermano Franco, dos años mayor, los Carboni se construyeron como personas y futbolistas en las inferiores en el Granate mientras su padre dirigía en primera. Poco después, una oferta desde Europa forzó a la familia a mudarse al Viejo Continente. Catania, otro de los clubes que representó el padre, recibió a los dos herederos del apellido, y sus destacados rendimientos captaron la atención primero de Inter, y luego de la juvenil selección italiana.
Cuando la AFA aún no posaba sus ojos sobre ellos, dieron sus primeros pasos con la azzurra; Valentín llegó a acumular 11 partidos con la Sub 17. El plan maestro de Scaloni siempre fue observar figuras potenciales en donde otros solo corrían su mirada. El caso Dibu Martínez resulta todo un símbolo, también Cuti Romero. Pero en los últimos tres años, con el impulso del Maracaná y de Qatar, el operativo "europibes" creció en intensidad. Ya no se trataba solamente de la desfachatez de Alejandro Garnacho, nacido en España, de 19 años y estrella de Manchester United.
Había que rastrear en el más allá. Fue todo un suceso la inscripción de los nombres de ambos Carboni (Franco, de 21, juega en el Ternana Calcio de la Serie B, también cedido por Inter) en su primera lista de la mayor, el 6 de marzo de 2022. De allí, el zurdo se instaló en el Sub 20. Y desde allí, el salto de su vida. Hace un año, en una publicación de Instagram reconoció tocar el cielo con las manos. "Viviendo un sueño", reflejaba una imagen junto con Lionel Messi.
El entrenador se refiere a la nueva generación. Habla en plural, pero Valentín (ya no es un secreto), está en el podio de la escena. "Son chicos jóvenes, apostamos por ellos. Hay que darles la posibilidad de que jueguen. Estamos contentos de tenerlos. Todo el mundo necesita saber que la selección es para todos y que no porque se haya ganado no va a haber lugar para los demás. Al contrario, necesitamos que los de atrás empujen. Estos chicos tienen condiciones, ganas, han demostrado que pueden aportar sus cosas", contó, en la anterior fecha FIFA.
Carboni deslumbra en las prácticas y es una de las banderas de la renovación. Destino Mundial.