Le dijo no a Europa porque soñaba con jugar en River, lo llevó Ramón Díaz y definió su paso como "agridulce": Cristian Castillo

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Estuvo tres años en River, hizo goles y ganó campeonatos, pero su tiempo en Núñez no fue el esperado para Castillo. Acá sus recientes declaraciones.

Después de lograr la Copa Libertadores, la Supercopa y el tricampeonato local, Ramón Díaz debía ir por más con su River. Es por eso que en 1998 decidió llamar a Cristian Castillo, quien venía de tener grandes pasos con las camisetas de Atlanta y Colon de Santa Fe. A casi 30 años de su debut con el manto sagrado, habló y recordó cómo fue su paso por la institución.

En su primera temporada, el ex delantero tuvo una gran participación al jugar 39 partidos y marcar 16 goles, teniendo un promedio de gol cada 128 minutos. Sin embargo, ese año el Millonario no ganó nada y comenzaron a surgir promesas desde las inferiores, como Javier Saviola. Para 1999/00, bajó su tiempo en cancha a 7 encuentros, con un solo tanto, y en 2000/01 fueron tan solo cuatro apariciones, sin gritos. En Núñez gritó campeón del Torneo Apertura 1999 y el Clausura 2000.

Cristian Castillo habló en una entrevista exclusiva con BOLAVIP y dejó varias frases sobre toda su trayectoria, pero se detuvo con declaraciones interesantes acerca de sus años en River. Contó que en 1997 habló con Omar Labruna para llegar, pero tuvo que esperar: "Me acuerdo que rechacé ir a Sporting Lisboa para jugar en River y no se dio ese año, pero sí el siguiente. En el 98 llegué a River y para mí era un sueño, lo tenía en mi cabeza y se me dio".

River, un sueño para Cristian Castillo

"Me acuerdo que en el 97 me llamó Passarella a la Selección y hago una nota en la que lo digo. Existía el interés de Boca y cuando me preguntan dije que quería jugar en River y mi representante me quería matar, pero yo tenía bien claro que quería jugar ahí. Era algo que quería lograr en mi carrera", sentenció.

Cristian Castillo hizo 17 goles en 50 partidos en River.

Cuando llegó, se encontró con un nuevo panorama en su vida futbolística: "Apenas llegás, todo es diferente. Entrar al Monumental, a la concentración, al anillo interno, el vestuario… es otra cosa. Era lo que pensaba y más todavía. Era un club divino, poder estar con Astrada, Burgos, Hernán Díaz, era un vestuario pesado de figuras, pero fue buenísimo. Tuve un muy bien recibimiento. Ese grupo venía de ganar todo y había que mantener esa vara alta".

Sin embargo, contaba con una gran presión: "En River te acostumbrás a ganar, no hay otra cosa. Es ganar el domingo y el miércoles por la Copa, no hay descanso. Es diferente jugar en River que en Colón, lo digo por la exigencia. En River tenés exámenes todos los partidos, por la calidad de los jugadores y por la exigencia del club".

También habló de su papel en el equipo bajo la dirección técnica de Ramón Díaz, quien lo llevó: "El primer año me fue bien, hice entre 10 y 11 goles, pero en general no hicimos una buena campaña. Después, las posibilidades se me fueron achicando porque en un club así hay muchos jugadores y de mucha calidad. Fueron apareciendo otros jugadores y en el segundo año casi no jugué con Ramón, me acuerdo que estaban Ángel, volvió Cardetti, apareció Saviola y ahí volví a esperar que me aparezca la posibilidad de vuelta".

Allí también vio los primeros pasos de un adolescente Javier Saviola: "Siempre ver surgir a un joven te da emoción. A mí me sorprendió mucho lo de Javi, porque era chiquito de cuerpo y estoy seguro que en algún club lo habrá rechazado por eso. Porque antes priorizaban lo físico por sobre lo técnico, una cosa de locos. Pero tuvo un crecimiento y una explosión de 0 a 100 y no paró hasta que hizo una carrera brillante".

¿Cómo fue el paso de Cristian Castillo en River?

Al momento de hacer un balance, fue claro: "Me quedé un poco con un sabor agridulce. El primer año jugué, el segundo no. Cuando viene el Tolo me dijo que tenía mucha confianza en mí y tengo la mala suerte de lesionarme el último día de la práctica, me rompí el pómulo antes de viajar a Mendoza para jugar un Superclásico. Estuve afuera un mes y en este tipo de clubes dejar ese tiempo sin jugar no tiene retorno. Yo no había firmado contrato, el Tolo me puso un par de partidos, pero no fui el Castillo que fui en Colón o en la primera etapa de River, entonces me quedó un sabor agridulce, pero nadie me quita lo bailado que estuve en el club tres años".

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