
Opinión: River tiene que hacer goles

Ayer a las 08:27 AM
El River que nos había entusiasmado mostró nuevamente falencias ofensivas y no pasó del empate ante Deportivo Riestra.
El River que nos había entusiasmado en su ultima presentación ante Atletico Tucumán, no pudo romper el cero en su visita al Bajo Flores, mostró nuevamente sus falencias ofensivas y apenas consiguió un empate ante un discreto rival como es el Deportivo Riestra.
Es cierto que el fútbol argentino fue cambiando en el último tiempo. Ya no hay grandes equipos que se sostengan por largos periodos, se ha ido emparejando todo para abajo y no habitan en nuestro fútbol esos excelentes jugadores que habitualmente actuaban todos los domingos en el país. Todo eso es real e innegable. Desde hace varios años que está sucediendo esa paridad de que cualquiera le puede ganar a cualquiera. Es un poco la descripción de la decadencia que se va profundizando en Argentina temporada tras temporada. Igualmente, aún con ese panorama, para los que estamos mal acostumbrados a otros tiempos y conocemos la importancia de nuestra camiseta, sigue siendo muy chocante entender y difícil de aceptar que el pequeño Deportivo Riestra le quite puntos al enorme River Plate.
River sigue en deuda de visitante
Nuevamente el equipo no pudo hacerse fuerte de visitante. Jugó una aceptable etapa inicial donde tuvo la pelota, fue paciente, elaboró bien y generó situaciones de gol que no pudo ni supo concretar. El maleficio actual de los primeros tiempos (12 partidos consecutivos sin poder convertir un gol) sumado a la falta de gol de los volantes y al arco cerrado que hoy sufre Miguel Borja hicieron que River no pueda hacer realidad en ese tramo del encuentro todo lo que merecía. Falta gol. Lo venimos diciendo hace mucho. Hasta en ese gran partido frente a los tucumanos se marcó como un aspecto negativo la falta de contundencia. Se generaron 18 situaciones y se convirtió solo uno. Son apenas 8 goles en 10 partidos. Pocos para un equipo con pretensiones serias.
En la segunda parte el equipo se fue desdibujando. Ya no estaban Gonzalo Montiel y Facundo Colidio (otra partido más donde River debe realizar cambios obligados por lesiones) y sus reemplazos no entraron bien. Fabricio Bustos no aportó nada en ofensiva y a Ian Subiabre lo tiraron muy al costado, sobre la raya, donde le costó imponer su habilidad en un partido de mucho rigor físico. River seguía con su receta de tocar y juntar pases hasta encontrar espacios pero lo hacía sin la velocidad, la precisión y la decisión de los 45 minutos iniciales. Se fue apagando, frustrando, empezó a elegir mal los caminos y terminó rendido, cayendo fácilmente en la telaraña táctica que proponía como estrategia su adversario. Se terminó jugando como Riestra quería. El equipo esforzado le emparejaba las cosas al talentoso. Los apellidos terrenales le imponían condiciones a los de trayectoria. Los sueldos bajos no la pasaban mal contra el presupuesto millonario. River no pudo samarrear a Riestra. Tirarle la camiseta y hacerlo sufrir. Se fue quedando en intenciones que nunca prosperaron. Es llamativo ver a River con tan pocos delanteros ante equipo que ponía muchos defensores. Cuesta comprender la idea de Marcelo Gallardo de sacar a Borja y terminar sin 9, cuando había necesidad de hacer un gol de la forma que sea para poder conseguir los 3 puntos. Fue raro llenar al equipo de volantes sin profundidad cuando el rival mostraba una marcada tendencia defensiva. Sin gambetas que desarmen, ni remates al arco se terminó tirando centros como único recurso ofensivo ante un área llena de hombres vestido de blanco y despoblada de camisetas de River.
Retroceder casilleros
Ya no había rastros de lo realizado en el primer tiempo. No quedaba ni un solo reflejo de esa correcta imagen mostrada en esa primera mitad. Los minutos pasaron y River no pudo con sus limitaciones. Hasta tuvo que sufrir algún susto que pudo haber pagado caro con derrota sino hubiese sido por la buena aparición de Franco Armani.
Si el objetivo era darle continuidad a lo mostrado la semana pasada, se fracasó. River retrocedió un casillero en su búsqueda de estabilidad y afianzamiento futbolistico. Volvió a ser un equipo de ratitos. Es verdad que mereció ganar, pero no gustó ni logró convencer. Si nos quedamos solo los merecimientos y con algunos tramos del partido, estaremos colocando la vara muy baja y eso puede ser negativo pensando en todo lo que se viene. El empate le permite continuar sin sobresaltos ni complicaciones numéricas el camino inicial de esta Copa de la Liga que clasifica a 8 equipos por zona. Pará pasar a la siguiente ronda le va a alcanzar y sobrar. En cambio pará pasar de fases e ir eliminando rivales necesitará si o si ser mucho mas que lo fue este sábado ante Riestra.
El lunes nos distraeremos con el sorteo de grupos y disfrutaremos de estar en la Copa Libertadores. El miercoles llegará el debut accesible y ganable por Copa Argentina ante Ciudad Bolivar. Luego vendrá el receso por Eliminatorias Mundialistas. Después habrá que recibir a Rosario Central en casa y empezar a transitar el camino internacional de este 2025. Aún hay tiempo para trabajar y mejorar. Se podrá recuperar a los lesionados y pulir algún detalle más pensando en esa búsqueda de buen nivel que se pretende. Ojalá tras todo esto, River empiece a parecerse mas a ese equipo que todos queremos y deje definitivamente de lado esta versión de inicio de año que no estuvo a la altura de las expectativas. Se está a tiempo. Lo lindo e importante empezará recién en esos días. Abril será el mes de la exigencia verdadera y hay que estar bien preparados. Que todo lo opaco que se realizó hasta ahora sirva como un llamado de atención a tiempo para cambiar en el futuro inmediato que se aproxima. Que se haga propia en los jugadores la idea que tiene el cuerpo técnico. Que haya más partidos parecidos al de Atlético Tucumán que a los tantos que hemos visto en estos dos meses. Que se despierte el espíritu competitivo y la mentalidad ganadora. Que fluya el juego y que hagan goles. El DT y los jugadores todavía estan a tiempo de darnos ese River que todos queremos ver y que todavia no hemos visto.