Opinión: Un River nuevo con muchos vicios del viejo

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River no pasó del empate ante Platense en un debut que no estuvo a la altura de las expectativas y que se pareció más a la imagen del 2024.

Vamos a coincidir que no fue el debut deseado ni esperado. La expectativa por ver a un River renovado era muy grande antes del duelo con Platense. Lamentablemente lo que terminamos viendo ayer se pareció mucho más a la imagen que nos dejó el equipo del 2024 que a este del 2025 en el cual tenemos depositadas todas nuestras ilusiones.

En la noche de Vicente López observamos a un equipo que apenas jugó bien los primeros 25 minutos iniciales. Después le costó mucho el partido. Y atención que en ese ratito inicial tampoco podemos decir que fue una máquina de fútbol. Sí que se pareció un poco más a lo demostrado en los partidos con Universidad de Chile y la Selección de México. La idea de jugar bien posicionado en campo contrario, con laterales sueltos en ataque en cada una de las acciones, con mucha movilidad y participación en los volantes, teniendo a Manuel Lanzini como su mejor exponente.

River atacaba, estaba ambicioso y decidido. Tenía la pelota. La manejaba con criterio y precisión. Lastimaba más por derecha que por izquierda. Se percibían más peligrosas las trepadas de Gonzalo Montiel que las de Marcos Acuña, pero todos en conjunto dominaban el partido. Hasta que llegó el minuto fatal. El árbitro Ariel Penel cobró una falta que nadie vio. Tiro libre para Platense. Centro al área que conectó Ignacio Vázquez y una pelota que no mostraba problemas para Franco Armani de golpe se enjabonó. Al arquero se le escurrió de las manos y en el intento desesperado por volverla a tomar la terminó golpeando y metiéndola en su propio arco. Un verdadero blooper para alguien que no suele frecuentarlos.

Armani se comió el gol pero tuvo dos tapadas claves.

Volver a poner el ojo crítico sobre el arquero de River es un error que muchos cometieron alguna vez en el pasado, sentenciando un fin de ciclo que nunca termina concretándose por la vigencia que el Pulpo demuestra año tras año. Armani, además de sus hazañas conocidas, fue el mejor jugador que tuvo River durante todo el 2024 por lo tanto si pretenden críticas despiadadas y fulminantes para un arquero tan confiable aquí no las van a encontrar. Se marca el error y se mira para adelante. Nada más.

River y un segundo tiempo preocupante

Si debemos hablar de errores tenemos para analizar todos los que se cometieron después de esa jugadad accidental. El 1 a 0 de Platense golpeó a River que siguió intentando unos minutos más para luego ir frustrándose. Lo del segundo tiempo fue lo más feo. No apareció nada de lo que creíamos encontrar en un equipo que estaba en desventaja. Salió apagado. Lento y previsible. Iba sin espíritu. No había velocidad en el inicio de la jugada ni creatividad en los últimos metros. A Enzo Pérez le pesaba el partido. Ni Giuliano Galoppo ni Maxi Meza se podían destacar. Lanzini ya había bajado su rendimiento.

La pelota se movía de un lado al otro sin encontrar un solo hueco en una defensa calamar que se sentía cómoda ante la inexpresividad ofensiva de su rival. No había remates de media distancia y fueron flojos los partidos de Miguel Borja y Facundo Colidio dentro del área. Nunca pudieron imponerse ni anticiparse, convirtiéndose en presas fáciles para sus marcadores.

Se buscó la solución en el banco. Adentro Rodrigo Aliendro, Santiago Simón y Pablo Solari. Ingresaban para mejorar lo malo, aquellos rostros conocidos de ese 2024 triste que pretendemos borrar de nuestras mentes. Marcelo Gallardo recurría a ellos para intentar cambiar la historia. También hizo debutar a Matías Rojas y Gonzalo Tapia.

El DT ponía lo que tenía en busca de un empate que en ese instante parecía estar lejos de conseguir. River no era capaz de generar una sola situación clara de gol y los minutos pasaban rápidamente. Hasta que llegó el centro de Solari (entró muy bien y junto a Montiel fueron las figuras millonarias), el arquero de Platense sale mal y la deja picando en el área para que Rojas con un gran gesto técnico conecte con su cabeza el balón y la tire por arriba de todos concretando el empate. Un verdadero alivio para una noche que si bien terminó resultando oscura pintaba para ser aún peor.

River y una noche flojísima frente a Platense.

Las conclusiones del empate de cara a lo que viene

Caer derrotado en el debut hubiese sido un golpe duro, No grave. Esto recién arranca, falta mucho y en el mamarracho de torneo que armó la AFA en la etapa inicial se clasifican 8 equipos por cada zona. Por eso perder no era preocupante a nivel resultados. Sí hubiese sido un contraste grande para ese pensamiento positivo con el que llegamos al inicio de la Copa de la Liga.

Ojo que el empate tampoco es bueno. Si bien lo mereció y terminó siendo justo, tenemos muy claro que no alcanza. River se armó para algo grande. Ante Platense fue un retroceso si lo comparamos con lo realizado en los amistosos de pretemporada, pero nada más. Ahí termina. Si arrancamos a dinamitar todo en un primer partido, nos equivocamos el camino.

Claro que se entiende el enojo de arrastre. De hecho solo hay que leer las columnas del año pasado para darnos cuenta lo cansado que estábamos de ver a un River que no nos identifique. Ahora estamos en otra etapa y confiamos en los jugadores que llegaron, en muchos de los que ya estaban y principalmente en el técnico. Hay revancha rápido. El miércoles recibimos en casa a Instituto y la expectativa que tenemos para este 2025 no mermó en nada por más que ante Platense hayamos visto muchas cosas parecidas al 2024.

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