Pol Garcia: «Anfield es uno de los escenarios con los que sueña cualquier jugador o entrenador desde pequeño».
03/07/2024 06:11 AM
El pasado mes de julio, Carles Martínez, que ya integraba el cuerpo técnico del Toulouse, asumió el cargo para liderar a 'Les Violets'. En verano, para formar su equipo de trabajo, se llevó a Francia a otro técnico catalán.
Entrevistamos a Pol Garcia Calduch (Barcelona, 1991), segundo entrenador del Toulouse. Prudente, trabajador y con un extenso futuro en los terrenos de juego. Tras una larga etapa en el RCD Espanyol desempeñando su labor en el fútbol formativo, como analista del primer equipo y segundo entrenador del filial de la entidad blanquiazul, dio el salto a la élite. Repasamos su temporada en el club francés, donde está viviendo su primera experiencia en una de las grandes ligas europeas.
¿Cómo recuerdas el momento en que llegó la propuesta para entrenar con Carles en Francia?
Lo recuerdo con mucha ilusión. Carles y yo teníamos contacto habitualmente, pero recuerdo estar en casa con Paula, mi pareja, y la hora de la llamada no era muy normal. Era el mes de junio, que ya es cuando se empiezan a mover las cosas de cara a la siguiente temporada. Antes de cogerlo, dije: me extraña esta llamada. Cuando me lo contó, me sentí muy emocionado, muy contento. Cuando llevas mucho tiempo en este mundo, estás esperando a que lleguen momentos como este para disfrutar del máximo nivel.
¿Cómo cambia tu vida cuando tomas esa decisión?
Pues es un cambio importante en mi vida porque nunca había vivido en el extranjero. Siempre había vivido en Barcelona, pese a que había trabajado fuera; pero no para una duración tan larga. A la misma vez, ha sido un cambio muy positivo. Es una ciudad con mucho encanto. La cultura del sur de Francia es parecida a la que podemos tener en Barcelona. Estoy encantado y contento, y con muchas ganas de seguir disfrutándolo.
Hay entrenadores que buscan distintas experiencias en el extranjero antes de poder llegar a la élite. ¿Te sientes un privilegiado por haber dado este significativo salto?
Así es. La palabra es privilegiado. Llevaba diez temporadas en el Espanyol preparándome para estos momentos. Creo que hay mucha gente que está preparada para dar este tipo de saltos. Lo normal en estos casos es que se dé un paso intermedio en el extranjero antes de llegar a una liga como la francesa, y a mí me llegó la oportunidad de golpe. Me siento muy agradecido a Carles y al club por esta oportunidad. Para mí es un privilegio poder estar aquí.
Toda tu previa experiencia profesional se ha desarrollado en el RCD Espanyol. ¿Sientes que una parte de la oportunidad que estás viviendo es gracias a la confianza que tuvo en ti el club catalán?
Totalmente. Durante diez temporadas allí, he tenido la oportunidad de coincidir con muchos entrenadores, directivos, coordinadores y jugadores que me han ayudado mucho a crecer, que me han permitido desarrollarme como profesional. Sin ninguna duda, es una huella muy importante de este camino.
Estuviste una temporada como analista del primer equipo blanquiazul. ¿Cómo de importante es esta figura dentro de un staff?
El analista tiene una figura muy importante dentro de un staff. Es una de las personas que filtran mucha información, que hace ganar tiempo al staff, ya sea con un análisis propio, del rival, individual, a balón parado. Hay muchísimas cosas en las que pueden ayudar. Es fundamental. De hecho, hay muchos equipos que han invertido mucho en los integrantes de esta área. Creo que es un básico en el fútbol hoy en día.
¿Cómo es la Ligue 1? ¿Qué resaltarías de esta competición?
Es una competición para disfrutarla. Tiene una combinación muy buena entre un gran nivel de entrenadores, que le da una riqueza táctica importante a la liga, y un nivel individual muy alto, sumado al nivel condicional. Genera muchos partidos de un ritmo muy elevado. A la vista está que ganar un partido para cualquier equipo es complicado. Creo que ahí está el valor de esta competición.
¿Cómo ha sido la adaptación de los jugadores a vuestra filosofía y estilo de juego?
Pienso que todo proyecto necesita su tiempo. Jugamos con una ventaja, porque Carles coincidió la temporada pasada con muchos de ellos. Eso ha ayudado mucho. Y el perfil de jugador joven, con ambición, con ganas de escuchar, con ganas de aprender. Esto ha facilitado mucho la adaptación al juego que queríamos proponer.
Vuestro segundo partido en la competición francesa fue ante el PSG, y lograsteis un empate. ¿Qué recuerdas especialmente de ese encuentro?
Un buen empate (risas). Fue un partido muy complicado para nosotros. El PSG es un rival de una entidad muy grande y reconocida a nivel mundial. Es muy difícil soportar 90 minutos contra ellos. Recuerdo especialmente ese encuentro porque, aunque que en el amistoso ante la Roma ya vivimos lo que podía ser nuestro estadio, ese día empezamos a ver cómo es nuestra afición, cómo nos ayuda. Eso nos llevó, sin duda, a conseguir el empate al final del encuentro.
Y luego está la Europa League, algo que suma prestigio a tu trayectoria profesional y donde también habéis vivido momentos especiales. ¿Qué se siente en Anfield? ¿A uno le tiemblan las piernas cuando vive algo así por primera vez?
Sí, la verdad es que es una experiencia que, a nivel personal, te diría que es brutal. Lo hemos disfrutado muchísimo. Anfield es uno de los escenarios con los que sueña cualquier jugador o entrenador desde pequeño. Vivirlo en algún momento. Pese al resultado, fue una experiencia sensacional para todos nosotros. En general, toda la Europa League ha sido un gran aprendizaje en lo personal, en lo profesional y en el desarrollo del equipo.
No pudo ser en Liverpool, pero sí sucedió en vuestra casa. Un triunfo histórico y, además, sales en la foto. Ganarle a los de Klopp, ¿cómo se gestiona esa adrenalina?
Difícil de gestionar con ese final, con el VAR de por medio. La verdad que fue un partido muy bueno del equipo. Casi casi ese partido perfecto que uno se imagina para tener que ganarle al Liverpool, porque sino es imposible. De nuevo, en nuestro estadio, con ese empuje de nuestra gente. Fue un partido redondo.
Ante el Benfica concluyó vuestra aventura europea. Sin embargo, el papel del equipo fue para salir con la cabeza bien alta. ¿Se siente orgullo?
Pues sí. Una eliminatoria contra un club como el Benfica, con su historia a nivel europeo, viniendo de Champions League. Tenía una dificultad muy alta y el equipo mostró un gran nivel competitivo. Los detalles de la ida hicieron que viniéramos con alguna desventaja en casa, pero creo que el partido que hicimos aquí fue muy bueno, para sentirnos orgullosos. Una lástima que no pudiéramos meter ese gol que nos acercara a una prórroga o a una posible clasificación.
¿Cómo ha pesado en vuestro día a día jugar en la competición continental?
Nosotros hemos intentado disfrutar del camino y de jugar en Europa. No es fácil jugar tres partidos por semana cuando no estás acostumbrado a hacerlo. La exigencia física y mental es muy alta, pero creo que nos ha ayudado también a crecer mucho como equipo y nos ha traído muy buenos momentos a nivel colectivo.
Hay una zona media de la tabla muy ajustada. ¿Cómo se gestiona esta intermitencia de posiciones?
Como comentábamos anteriormente, es una liga muy ajustada. Cualquiera le puede ganar a cualquiera. Por eso es importante que nos centremos en nosotros, en nuestro día a día, en nuestros entrenamientos, en nuestros partidos, en trabajar cada semana de la mejor manera posible para llegar preparados al fin de semana e intentar competir para ganar y estar lo más arriba posible.
Ahora estáis décimos en la clasificación, y habéis encadenado tres importantes victorias frente al Mónaco, Lille y Niza, que están en puestos de plaza europea. ¿Qué sensaciones tenéis para abordar lo que queda de temporada?
Sí, es un buen momento. Estamos contentos, el inicio de la segunda vuelta es positivo. Como sabemos de la dificultad de ganar un partido en Ligue 1, tenemos que estar centrados en el siguiente partido y, semana a semana, intentar replicar el máximo de veces posible nuestro máximo nivel.
Ser un buen entrenador no sólo requiere recursos tácticos. ¿Cómo de importante es saber gestionar al grupo emocionalmente?
Sí, es algo muy importante. Desde siempre, hemos hablado con muchos entrenadores, con muchos compañeros de esta parte emocional. Además, tiene la magia de ser distinta en cada equipo, porque cada uno tiene su personalidad. Pienso que esa gestión requiere de una inteligencia emocional por parte del entrenador muy importante y de un trabajo invisible que es fundamental y muy complicado. Hay que valorarlo.
Todavía tienes mucho recorrido por hacer pero, hasta la fecha, ¿cuál sería para ti el mejor momento que has vivido en tu carrera como entrenador?
Es difícil escoger uno porque hay muchos momentos. Este año nos hemos enfrentado a grandísimos entrenadores desde la pretemporada y durante la temporada, que te lleva a muchos momentos importantes. Pero hemos hablado antes de una victoria en casa contra el Liverpool de Jurgen Klopp. Esto es algo para recordar siempre.
Para acabar, un objetivo para este curso.
Mantener esta línea ascendente que está mostrando el equipo en las últimas semanas. De cara a estas diez últimas jornadas, ese debe ser nuestro objetivo. No parar de crecer y no dejar de tener esta mentalidad ganadora.
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