Néstor Lorenzo, señalado: primera vez sin puntos... y sin aciertos
11/20/2024 12:56 AM
Selección Colombia
Néstor Lorenzo, señalado: primera vez sin puntos... y sin aciertos
Jenny Gámez
El argentino, que antes encontró soluciones, esta vez sumó dos duras derrotas en Eliminatorias.
La Selección Colombia ha firmado su peor presentación en las Eliminatorias al Mundial 2026. Eso no admite discusión.
Por primera vez en el anhelado camino de regreso a las Eliminatorias al Mundial 2026, perdió en sus dos salidas, por 3-2 contra Uruguay 0-1 contra Ecuador, y no cosechó ningún punto, lo que es, de lejos, el balance más pobre hasta ahora.
En Montevideo el partidos e fue de las manos aunque se empataba a los 90+5 por una distracción sobre los 100 minutos de juego en la marca; En Barranquilla Ecuador hizo un gol a los 7 minutos y resistió hasta el final con diez, rechazando balones aéreos y convirtiendo a su arquero en figura.
Y aunque parezca que fue todo culpa de los jugadores en la cancha, pues fueron 25 tiros y 7 al arco, ahora muchos apuntan al técnico Néstor Lorenzo por razones que van desde la premura hasta la confusión.
Los errores de Lorenzo
Un tema que se le puede criticar al DT es que antes logró darle una cara radicalmente distinta al equipo de un tiempo a otro, incluso con los mismos jugadores, y ahora parece que el mensaje no llega y no se notan los cambios que antes eran indiscutibles en los descansos.
En la derrota contra Uruguay, el equipo pasó de un buen primer tiempo, con control del campo y un golazo de Quintero, a un cierre muy gris, con gol antes del minuto para empatar y remontada incluida, pero además graves distracciones que terminaron en el 3-2 final. Peor aún: en el afán por igualar, envió al campo a Mina como en un rol de delantero, pensando en que el rival se replegaba mucho y en ganar los duelos aéreos. A sus 30 años su labor fue siempre la marca, por lo cual, al verse en ese rol, lució confuso y casi desconcertado.
Después, contra Ecuador, rival que le ganaba desde los 7 minutos y pronto se quedó con diez, improvisó un doble 10, con James y Quintero, y un doble 9, con Durán y Córdoba, y no salió bien: en vez de generarse espacios se los pisaron, en lugar de multiplicar la media distancia se desgastaron en centros y pelotazos los primeros y de duelos siempre perdidos los segundos. Lo que sí se requería, que era apostar a extremos que abrieran a los amontonados rivales: a Gómez le dio ingres a los 90+3. Esa lentitud, que recuerda al proceso Reinaldo Rueda, empieza a ser una sonora alerta de que algo hay que corregir desde el cuerpo técnico para responder cuando lo pide el partido y no cuando lo piden o lo esperan los jugadores.
¿Fue autocrítico?
Lorenzo había hecho su mea culpa por lo de Montevideo "el cierre contra Uruguay fue reconocer algunos errores, sobre todo en el inicio de segundo tiempo. Pasividad, de creer que estábamos seguros con el resultado favor. Con jugadores de esa categoría no nos podemos confiar y tomar precauciones. Espero que haya servido como aprendizaje", decía.
Menos autocrítico fue contra Ecuador: "El balance por supuesto que no es positivo en cuanto a que no sumamos. No estoy contento, sobre todo porque el gol de Ecuador fue de una jugada que se pudo evitar. Tuvimos todo el tiempo para recuperar después del gol de ellos. Cuando se quedan con un hombre menos de ahí en adelante el partido fue nuestro y lo buscamos por todos lados", concluyó.
Y sí, hubo jugadores que fallaron. Pero si fallan todos, casi sistemáticamente, no habría que preguntarse si tal vez el libreto no era tan claro, si las órdenes se cruzaron en el algún punto y generaron caos, si en el camino se confundieron los roles. Y es probable porque cuando se dieron, en el pasado, instrucciones claras, el DT se salió con la suya y es prácticamente esta misma base.
Así que es momento de una reflexión profunda. Lo bueno es que no está comprometida la clasificación al Mundial, lo malo que la tabla de posiciones se apretó y amanecimos cuartos y los siguientes retos son la visita a Brasil y el duelo contra Paraguay. Lorenzo entiende la competencia y sabe qué debe hacer. Ahora, lejos de los apegos y las lealtades, es que haga lo que sabe que debe hacer.