El abismo que va del bloqueo al blocaje

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Suelen denunciar los porteros que la suya es la posición más ingrata que hay en el fútbol porque sus aciertos, a ojos de aficionados y demás escrutadores, destacan mucho menos que sus errores. El pasado domingo fue Christian Joel, habitual guardameta suplente de Rubén Yáñez en el Sporting, sobre el que recayó el oprobio intrínseco al singular oficio de parar cuando las cosas se tuercen. La insospechada derrota contra el Racing de Ferrol en El Molinón (1-3) estuvo marcada por dos fallos del cubano, que en el 0-1 no acertó a detener un remate a priori inocuo de Nacho Sánchez y apenas doce minutos después posibilitó, merced a la flacidez de su mano derecha, el 0-2 de Josué Dorrio.

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