Espada y sandalia

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"Manteniéndonos juntos sobreviviremos". Esa frase no la pronunció Fran Escribá en la rueda de prensa del pasado viernes. La dijo Máximo Décimo Meridio en 'Gladiator', la célebre película que ahora cuenta con una secuela. De momento, no tengo intención de hacer crítica cinematográfica en esta columna, así que me ahorraré opiniones sobre ella. Centrándonos en lo que aquí nos interesa, estas palabras se escuchan justo antes de su primera batalla en el coliseo, enfrentándose en clara inferioridad numérica y armamentística frente a sus rivales.

No sé si el entrenador valenciano vería la película recientemente, o si la habrá visto siquiera -en realidad, no sé de nadie que no lo haya hecho-, pero el Granada CF aplicó bastante bien esta máxima el pasado sábado en El Molinón, logrando una victoria de las que suben la moral. Incluso antes del inicio del partido, la épica ya se sentía en el ambiente, simbolizada por el aparatoso vendaje en la rodilla derecha de Sergio Ruiz. Como en las mejores historias épicas, con ese vendaje completó el que, para mí, es su mejor partido de la temporada.

El género cinematográfico del peplum -aunque los críticos suelen calificarlo de forma un poco peyorativa como 'cine de espada y sandalia'- se caracteriza por relatos ambientados en la antigüedad clásica, fusionando realidad y mitología para entretener. En el fondo, el peplum y el fútbol no son tan distintos: ambos tratan de la lucha por la gloria, con individuos o grupos desafiando las adversidades para alcanzar la victoria, casi nunca de forma limpia ni elegante. Hay sudor, sangre y lágrimas.

Esa definición encaja a la perfección con el planteamiento de Fran Escribá. Incluso yendo contra natura, decidió jugar con tres centrales para proteger al equipo y cerrar espacios al Sporting. La estrategia funcionó. Con una acumulación constante de jugadores en defensa -Sergio Ruiz, en más de una ocasión, se incrustó junto a los centrales-, el equipo asturiano apenas encontró huecos en esa maraña defensiva tejida por el técnico. Como en cualquier buena película, aparecieron héroes inesperados: Weissman y Siren Diao, los delanteros que están contando con menos minutos -y que están generando más dudas, por otra parte- durante esta temporada.

Dicho esto, sería precipitado lanzar las campanas al vuelo. Del israelí vimos poco, tanto antes como después de su gol, mientras que Diao se mostró limitado en esfuerzo defensivo, justo cuando el partido exigía lo contrario. Ambos necesitan demostrar más, de manera consistente, si aspiran a ser una alternativa real a Boyé y Uzuni. Por cierto, el argentino también completó un encuentro impecable. Aunque sus cifras goleadoras hasta ahora no cumplen con las expectativas generadas en verano, su trabajo y solidaridad con el equipo merecen un sobresaliente.

Un último detalle curioso: por segundo partido consecutivo, Escribá dejó sin usar una de las sustituciones. Incluso la última ventana de cambios, con Rubén Sánchez entrando por Boyé, llegó en el minuto 90. Llama la atención, especialmente en encuentros tan físicos y exigentes como el del sábado. Parece que no todos los gladiadores le sirven a nuestro entrenador para luchar en los coliseos de Laliga Hypermotion.

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