Algo más que una simple pataleta de Vinícius y del Madrid: los golpes por no ser el mejor del mundo

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Detrás de la reacción de Vinícius para negarse a asistir a la gala del Balón de Oro, con el respaldo del club, están los intereses comerciales del futbolista y la entidad. Las dos partes han dejado de ingresar importantes cantidades de dinero y la posibilidad de renegociar los contratos actuales y otros nuevos que llamaban a la puerta. El marketing tiene mucho que ver con el enfado de un futbolista que, de ganar el Balón de Oro, asociaba su imagen a la del mejor del mundo.

Para empezar, Vinícius contaba con el bonus que le tendría que haber pagado el Real Madrid por su condición de Balón de Oro. Una cantidad que supera el millón de euros, que se consolida en un mejor contrato y que le permite negociar con otro estatus. Vinícius está en el segundo escalón salarial con un sueldo de 10 millones de euros netos al año, el mismo que Bellingham, y la posibilidad de acercarse a los 15 millones que cobra Mbappé pasaban por ganar este premio.

El Balón de Oro le abría las puertas a una mejora salarial y nuevos acuerdos comerciales.Vinícius (24 años) acaba contrato con el Real Madrid en 2027. Cuando termine esta temporada le quedarán dos años y empezarán los primeros contactos entre el agente y el club para evaluar su rendimiento y los objetivos conseguidos. No es lo mismo sentarse a negociar con un caché de Balón de Oro que sin él. Antes de la gala de París, el agente de Vinícius ya estaba preparando el terreno. Filtró la oferta millonaria de Arabia Saudí y la certeza de que sería el ganador del Balón de Oro.

Lo que ha perdido Vinícius es una posición de privilegio para estar al nivel salarial de Mbappé. A ello se une que se le ha venido abajo la estrategia comercial. Nike, su principal espónsor, anula la campaña que tenía programada para rentabilizar la imagen de Vinícius con el Balón de Oro. En la tienda principal de Madrid, situada en la calle Gran Vía, se iba a hacer un homenaje al brasileño, como punto de partida para poner en marcha toda la maquinaria. El producto estrella eran una botas de fútbol de Vinícius de la gama más alta, la del Balón de Oro. Todos los productos posibles para consumo de los fans de la marca y de Vinícius.

Vinícius y Mbappé en el Clásico del Bernabéu. (Reuters/Susana Vera)

El Real Madrid también pierde la posibilidad de incrementar su facturación con el marketing que genera asociar su marca a la de Vinícius Balón de Oro. Al estilo de lo que sucede con Kylian Mbappé, con el que explota y se beneficia de los nuevos acuerdos con los patrocinadores, más elevados, por tener a la estrella francesa en el equipo. Mbappé es una máquina de hacer dinero para el Real Madrid desde que llegó y en el día de su presentación se agotaron todas las existencias de camisetas en la tienda oficial del Bernabéu.

El orgullo y el dinero

Vinícius y el Real Madrid se frotaban las manos con el premio individual de más prestigio en el fútbol y con más posibilidades de sacarle provecho con acuerdos comerciales. El dinero se ha mezclado con el orgullo del brasileño y el frente abierto que tiene el club con la UEFA, máximo organismo del fútbol europeo, que entra a colaborar con la revista France Football en esta edición del Balón de Oro.

La bomba ha estallado. Por un lado, Vinícius se ha sentido humillado y alega que le ha pasado factura su lucha contra el racismo. De fondo, su malestar está en que se le ha perjudicado en lo económico. De otro lado, la postura de protección y apoyo del Real Madrid que, aunque también es parte perjudicada en lo económico, decide ponerse del lado de su jugador y así hacer frente a la UEFA.

Ulises Sánchez-Flor

Los que no salen de su sorpresa y están igual o más indignados por el plantón institucional al premio son los aficionados. Los que diferencian el Vinícius deportivo del caprichoso que ha llevado al club a tomar una conducta que desaprueban.

Vinícius hará historia en el Real Madrid, pero con situaciones como la que acaba de suceder no es reconocido como un gran líder. El brasileño se ha destapado como una estrella del fútbol egoísta y caprichosa y, aunque su mensaje es pedir estar juntos, lo que ha conseguido es dividir al madridismo. Solo los fanáticos le compran el mensaje victimista a un futbolista que se ha endiosado y antepone sus intereses personales a los del club. Lo extraño es que Florentinose deje llevar por las artimañas de un gran jugador, pero que ha demostrado insolidaridad con el equipo y su entrenador.

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