De ser el futuro de la Selección a no tener un minuto en el Rayo: ¿qué le pasa a Raúl de Tomás?
Hoy a las 12:20 PM
La semana pasada, el delantero Raúl de Tomás fue seleccionado como mejor jugador del mes de octubre del Rayo Vallecano. Se trata de un galardón que ofrece una conocida marca de cerveza y que suele ser bien recibido por los jugadores, en tanto que se basa en las votaciones de los aficionados.
Este no fue el caso, porque De Tomás no ha jugado un solo minuto en liga durante el mes de octubre. Es más, ni siquiera ha debutado después de 13 jornadas.
Y el #JugadorCincoEstrellas del @RayoVallecano en el mes de octubre es... ¡Raúl de Tomás! Enhorabuena y gracias a todos por vuestros votos. ⚽ pic.twitter.com/h017Z35yTP
— Fútbol Mahou (@futbolmahou) November 14, 2024
El misterio se comprende leyendo los comentarios del tuit: "Será por las birras que se ha bebido, porque otra cosa", "todavía no es el día de los inocentes", "si él lo ha conseguido, yo puedo sacar plaza en la oposición" o "tiene más premios que minutos sobre el campo".
El troleo evidencia la situación límite de De Tomás, que fichó hace dos años con la vitola de ser el próximo nueve de la Selección y ha terminado convirtiéndose en una broma recurrente de los aficionados, que no entienden cómo ha podido malograrse tan rápido uno de los mayores talentos que ha pasado por Vallecas. Su hoja de servicios es catastrófica: Raúl ha anotado 8 goles con el Rayo en dos años y medio siendo la ficha más alta de la historia del club.
En otras palabras, cada gol le ha costado al Rayo más de un millón de euros.
De Tomás no marca y la sensación es que está lejos de hacerlo. Al jugador se le ve lento en los desmarques, torpe en los controles e incapaz de encontrar a sus compañeros libres de marca. "Pocos desastres he visto así no ya en Primera, sino en Segunda y Segunda B. Cuando juega, es el perfecto ejemplo de lo que odia cualquier entrenador: pasotismo, falta de trabajo defensivo, individualismo mal entendido...", explican fuentes técnicas del Rayo Vallecano. "Es como si fuera con un cartel que le dice al entrenador: 'si me sacas, los dos quedaremos en evidencia'".
Hace dos años, el Manchester United llegó a interesarse por fichar a Raúl de Tomás
Para explicar el bajón de De Tomás hay que regresar al verano de 2022, cuando aún militaba en el Espanyol y su valor de mercado era de 25 millones de euros (hoy vale uno y acaba de cumplir los 30). "La idea de Raúl era salir a un equipo grande. El Manchester United llegó a preguntar por él y se veía en el Mundial, porque estaba jugando mucho con Luis Enrique, que le ponía antes que Morata", afirman desde el entorno del jugador. "Pero su salida se complicó por culpa de algunas personas del Espanyol y, al final, tuvo que irse al Rayo, que le encanta, pero no es el nivel que él esperaba".
Esas personas son el entrenador Diego Martínez, el director deportivo Diego Catoira y, en última instancia, el consejero delegado Mao Ye Wu. Martínez. "La situación estalla con la llegada de Diego Martínez, que le pide que presione la salida de balón del equipo contrario a un Raúl crecidísimo, que viene de meter 40 goles en dos años. Él acepta, pero luego en el campo no lo ejecuta: hace lo que hacía Benzemá antes de explotar con la estrella que es, acercarse al jugador al trote cochinero para que parezca que hace algo", dicen desde el vestuario del Espanyol. "Y Diego se pone que no te voy ni a contar".
En ese desencuentro se frustra el futuro de Raúl de Tomás. El Espanyol se pone del lado del técnico y se niega a venderle por menos de lo que marcaba su cláusula de rescisión, 70 millones de euros más IVA. Nadie paga esa cantidad y se tensa la situación hasta septiembre, cuando irrumpe el Rayo Vallecano con una oferta a la baja. En una de las negociaciones más a cara de perro que se recuerdan, con agresión física al presidente Martín Presa incluida, De Tomás acaba volviendo a Vallecas.
"Esto es muy habitual en Raúl: cuando está mal, quiere volver a donde fue feliz. Y en Vallecas es donde se consagró como lo que es, uno de los mejores delanteros del mundo", dicen desde su entorno. "Él sabía que irse al Rayo con el mercado cerrado implicaba no poder jugar en seis meses y perderse el Mundial, y aún así llegó con toda la ilusión".
Un tipo especial
El Rayo Vallecano fue paciente con De Tomás. Según detallan desde el club, el jugador llegó con unos kilos de más y poca predisposición a vaciarse en los entrenamientos, algo que preocupó al cuerpo técnico, que esperaba más implicación en un jugador de 27 años que estaba ante el momento clave de su carrera. Tras una semanas de entrenamiento, alguno de sus compañeros ya avisó en el vestuario: "Este no ha venido a tope, tiene la cabeza en otro sitio".
Raúl lleva luchando contra su cabeza desde pequeño. A los ocho años, mientras jugaba en los parques de Parla, el Real Madrid llamó a su puerta. Los primeros años respondió como mejor saber hacerlo, marcando decenas de goles, hasta que llegó la adolescencia. "Cuando tenía 13 años estuvieron a punto de echarle del equipo, pero a punto, porque se juntó con malas compañías, unos chicos mucho mayores que él, y se notó en su rendimiento. Si no llega a ser por Míchel, que era director de la cantera entonces, creo que ahora no hablaríamos de Raúl de Tomás como un futbolista, sino como algo más siniestro", dicen fuentes que pertenecían a las escuelas de formación del Madrid en aquella época. "Míchel se lo llevó internado a un colegio SEK, como se hace con los chavales que vienen de fuera, solo para evitar que se juntase con sus amigos de Barajas, donde vivía entonces su familia".
El Real Madrid confiaba en que De Tomás fuese el reemplazo de Benzemá cuando se retirase
Los blancos siempre tuvieron claras dos cosas: que De Tomás tenía calidad para ser el nueve del Madrid y que su maduración iba siempre con retraso, de modo que se le ofreció el paquete premium: mandarle cedido, pero antes hacerle debutar con el primer equipo para que supiese que ese era el puesto que le tenían asignado. El 14 de octubre de 2014, con veinte años recién cumplidos, De Tomás sustituyó a Benzemá en un partido de Copa contra el Cornellá. Pese al interés de club y jugador, aquellos fueron los únicos 14 minutos que jugaría con el equipo de su vida.
Como en las Big Four, en el Real Madrid aplicaron con Raúl la estrategia del boom or burst, esto es, o explota, o revienta. Pasó por Córdoba, Valladolid y Vallecas en busca de una madurez que nunca apareció. En el Rayo se infló a marcar goles, 38 en 66 partidos, pero los informes que llegaban al Bernabéu no eran positivos. Se hablaba de "excesivo ensimismamiento", de "falta de compromiso en el vestuario" y de "ego disparado", así que aprovecharon su buen momento para venderlo al Benfica por 20 millones de euros.
Raúl nunca quiso ir a Lisboa. Se sentía desplazado, lejos de su entorno, y nunca llegó a cuajar en el vestuario de Os Encarnados. A los seis meses, ya estaba enfrentado con su entrenador, Bruno Lage, apenas jugaba y empezaba a escuchar los pitos del Estadio da Luz. Forzó su salida a mitad de temporada, por la puerta de atrás, sin mensaje de despedida oficial del Benfica. Para la secretaría técnica de Valdebebas, que aún seguía de reojo a De Tomás, se confirmó el burst.
"Raúl es una persona maravillosa. Un tipo que, cuando le conoces, no puede ser más cariñoso contigo, que se pasa el día pensando en su familia", afirma el entorno del jugador. "Es verdad que tiene mucho ego, porque sabe que puede ser el mejor del equipo cuando él quiera, y eso hace que sea difícil al trato. Puede ser muy, muy especial cuando quiere, porque él no es de llevarse bien con todo el vestuario, sino que habla con los dos o tres con los que tiene confianza y pasa un poco del resto. ¿Esto significa que los desprecie o que le caigan mal? En absoluto, es solo que vive en su burbuja, necesita sentirse el centro de todo para estar a gusto".
Sus tres temporadas en el Espanyol condensan el fenómeno Raúl de Tomás. Allí se encontró con Vicente Moreno, ahora entrenador de Osasuna, a quien Raúl recuerda siempre como la persona que mejor ha sabido entenderle. "Para Vicente era como su hijo", explican fuentes del Espanyol. "Detectó pronto, y no era tan fácil, que Raúl es una persona incapaz de gestionar sus emociones. Cuando algo va mal, o simplemente no le gusta, no es capaz de decirlo, de afrontar el problema. En su lugar, se repliega sobre sí mismo, deja de comunicarse, y entra en una espiral de tristeza de la que no sabe salir, pero intenta que nadie se dé cuenta, dificulta que le puedan ayudar".
"Es una persona que se retrae sobre sí misma e intenta que no se entere nadie de que está mal"
Según estas fuentes, Moreno "invirtió gran parte de su tiempo en hacer terapia con Raúl", logrando un ascenso y una media de un gol cada dos partidos, la más alta que ha registrado el delantero en toda su carrera. Sin embargo, este trato especial tuvo consecuencias en el vestuario. "Los capitanes, Diego López y David López, lo tenían cruzado porque no es un jugador sacrificado ni que haga vestuario. Con ellos ha tenido enfrentamientos fuertes. Es lo de siempre: durante la temporada van con el culo apretado, pero cuando se consigue el objetivo, todos giran la cabeza para mirar al que consideran menos ha remado. Y ahí se lía".
Distintas fuentes refieren a un partido concreto, contra el Atlético de Madrid en abril de 2022, como ejemplo de que RdT no funciona bajo presión. "Nos fuimos al descanso con 0-0 y en el vestuario hubo una bronca colosal. Los capitanes le recriminaron a Raúl que se había pasado 45 minutos andando por el campo, a lo que se unieron otros cuantos del equipo. Hubo también quien le defendió y se escucharon palabras duras", dicen desde el Espanyol.
De Tomás salió con una actitud diferente del vestuario, buscando las diagonales y apoyando la construcción ofensiva. Una versión pasada de revoluciones que generó lo mejor, empatar en el 73 de falta, y lo peor, cometer un penalty infantil que le costó la derrota a su equipo en el 97.
El ojito derecho del presidente
Como del Benfica, De Tomás salió mal del Espanyol. El club le despidió con un "por encima de todo y de todos", afeándole que por su actitud no hubieran podido venderle en mejores condiciones, y el jugador se refirió a la directiva como "una panda de cobardes y mediocres".
El Rayo siempre ha sabido que no puede aspirar a estrellas en aúge, pero quizá sí en caída. Vallecas, tan céntrico y con su afición siempre entregada, es un balneario donde los talentos malogrados buscan una segunda (o tercera) oportunidad. El lugar perfecto para Raúl de Tomás, donde además se encontró con Raúl Martín Presa, un presidente con tendencia a la mitomanía que lo acogió como a un hijo.
Llegó a las manos para conseguirlo y le puso un salario de 3 millones de euros por temporada, más del doble que el segundo mejor pagado, con la idea de construir el Rayo del futuro en torno a De Tomás. Aunque para ello tuviera que presionar, como ha hecho privada y públicamente, a sus entrenadores para que lo alineasen, a veces contra su voluntad. Una situación similar a la que ahora se vive con James Rodríguez, otro capricho del presidente que está rindiendo (muy) por debajo de las expectativas. Se da la circunstancia de que con los sueldos de James y Raúl de Tomás, habituales del banquillo, casi se podría pagar a los once que están jugando.
"Está claro que el presidente quiere que jueguen RdT y James, pero tampoco puede imponerlo, mucho menos cuando el equipo está en mitad de la tabla y jugando bien", dicen fuentes del Rayo. "Cada uno va a lo suyo: el presidente quiere ver a James, porque ha costado mucho dinero y se nos llena el estadio de colombianos, y el entrenador quiere ganar partidos. A veces discreparán y otras muchas coincidirán".
Con el caso James, el caso Raúl de Tomás ha caído en el olvido. Cada domingo, pasa por delante de la grada como una sombra y desaparece en el banquillo. Su entrenador, Ínigo Pérez, le tiene como quinta opción en el ataque: antes van Camello, Guardiola, Nteka y, si se queda sin delanteros como sucedió hace unas jornadas, prefiere incluso a Jorge de Frutos, un extremo, que a De Tomás. "Esto es un error, porque a Raúl hay que tratarle de otra forma, hacerle sentir importante. Si le apartas, si le haces pensar que no tiene valor, se va a comportar como si fuera un niño pequeño, enfadado con el mundo", explica el entorno del jugador.
"Raúl de Tomás estaría dispuesto a volver al Espanyol, incluso perdonando dinero"
En los últimos meses, De Tomás limita su relación a dos compañeros del vestuario, Pep Chavarría y Adrián Embarba. Este aislamiento psicológico se vio por última vez cuando marcó en Copa contra el Villamuriel, su primer gol en meses, y corrió a recoger el balón con la mirada baja, como si hubiera algo que remontar. Algunos lo han entendido, dentro del club, como una forma de protegerse ante la duda de si iría algún compañero a abrazarle.
A estas alturas, la situación es Vallecas es imposible de reconducir. El presidente está más preocupado por James, el entrenador no confía en él y la afición lo observa montar ganaderías o pintar cuadros en su jardín con cierta mofa. De hecho, De Tomás pasa tanto tiempo yendo a corridas y promoviendo a un torero que la grada de vallecas ha resignificado su acrónimo: ahora Rdt signfica Realmente Desea Torear.
Esta semana, Gonzalo Álvarez, amigo personal del jugador, anunció en la radio catalana que está dispuesto a volver al Espanyol, incluso renunciando a buena parte de su ficha. "¿Sabes una cosa que le ha influido mucho? Que esta temporada, cuando fue a jugar a Cornellá con el Rayo, el estadio le aplaudió cuando salió a calentar. Eso le ha hecho recordar o feliz que fue en Barcelona", dice su entorno. Una vez más, parece que Raúl intentará volver a donde fue feliz, aunque haya que salir por la gatera.