La charla de Iago Aspas y Claudio Giráldez con Cordero Vega, el árbitro que dejó al Celta con nueve jugadores en Gran Canaria
Ayer a las 03:47 PM
Salamanca y Celta de Vigo se veían las caras en El Helmántico, un estadio que respira historia, en el partido de la segunda ronda de la Copa del Rey. Un encuentro que generó expectación en la ciudad por volver a recibir a un equipo de LALIGA EA SPORTS. Adrián Cordero Vega, un viejo conocido de la afición celeste por más de un dolor de cabeza, fue el árbitro encargado de dirigir el choque. Y el propio colegiado dejó una imagen llamativa con dos protagonistas del conjunto celeste antes del choque.
Las cámaras de Radio Galega captaron a Iago Aspas y Claudio Giráldez charlando con Cordero Vega mientras los protagonistas calentaban sobre el terreno de juego. ¿De qué hablarían? No se puede obviar que este colegiado del comité cántabro fue quien dejó al Celta con nueve jugadores ante la UD Las Palmas en Gran Canaria.
Un encuentro que, gracias al incansable trabajo del equipo, terminó en triunfo pese a contar con dos hombres menos más de media hora de partido. Un ejercicio de fe y resistencia derivado de dos decisiones que dieron mucho que hablar. Ahora, apenas dos meses después, los caminos de Cordero Vega y el Celta vuelven a cruzarse.
Curiosa imaxe que nos manda @rg_roberto dende o Estadio do Helmántico.
Claudio Giráldez, @aspas10 e o colexiado Cordero Vega falando antes do arrinque do encontro de entre o @SalamancaCFUDS e o @RCCelta
Terán algo que falar do @UDLA_CL - @RCCelta da xornada 9⃣ pic.twitter.com/zdHpMydTcZ— Galicia en Goles (@GALICIANGOLES) December 3, 2024
La polémica de Gran Canaria
Todo transcurrió con aparente normalidad hasta la segunda parte. Muy pronto, el árbitro expulsó por doble amarilla a Ilaix Moriba debido a dos faltas que generaron mucha polémica ante tanto castigo. Esa acción encendió a un Iago Aspas que sería el siguiente en marcharse a vestuarios.
El moañés vio la roja por protestar de forma reiterada la decisión del árbitro. El delantero celeste perdió los papeles y le dijo a sus compañeros que se marcharan del campo, mientras se dirigía indignado fuera del terreno de juego. El Celta, con nueve hombres, resistió para llevarse tres puntos que supieron a gloria.