17/04/2025 23:00
Un puñado de horas después de la eliminación del Real Madrid en la Champions, llega el momento de que el conjunto blanco comience a hacer análisis. Se ha escapado el primer gran título y el segundo de todo el curso, justo en el momento en el que todo está en juego. Toca hacer balance del equipo y, sobre todo, poner las cartas sobre la mesa. ¿Qué resultados serían un fracaso para el Madrid? ¿Cuáles salvarían la temporada? ¿Quiénes quedan señalados?
Es una evidencia que la eliminación de Europa a manos del Arsenal es dolorosa, pues el vigente campeón cayó ante un equipo que llevaba 16 años sin meterse en las semifinales. Si analizamos la plantilla jugador por jugador, no es menos cierto que el Real Madrid tiene mejor equipo que los gunners y, aun así, los británicos pasaron por encima de los blancos, ganando los dos partidos de la eliminatoria y dejando al equipo madridista con una sensación evidente de inferioridad.
La crisis pegajosa del Real Madrid devora a un inmóvil Ancelotti y el Barça de Flick se relame
Alberto RamírezPero, para hacer este análisis, es necesario empezar desde el principio, es decir, desde el verano, momento en el que se confecciona la plantilla. El equipo está claramente descompensado, pues la marcha de Toni Kroos fue suplida con la llegada de Kylian Mbappé, al igual que la de Joselu Mato por Endrick... y la de Nacho Fernández ni tan siquiera fue cubierta. Es decir, un efectivo menos en defensa y cambio del gran mariscal de campo por un killer. Y la edad del resto sigue sumando.
Como viene siendo tradición en el Madrid en los últimos años, comenzaron a llegar las lesiones de gravedad, dos de ellas en jugadores fundamentales de la zaga, por cualidades y por espíritu de lucha. Y, por si fuera poco, nadie tomaba los mandos del medio del campo, pues todas las pruebas de Carlo Ancelotti pincharon en hueso. Para colmo de desastres, la falta de solidez defensiva y las dudas en la medular desembocaron en una desconexión de la delantera digna de estudio.
Esa ha sido la tónica del Madrid en toda la temporada, donde el primer problema evidente parte de la dirección deportiva y de la manera de confeccionar la plantilla. Y, a partir de ahí, las situaciones complicadas se han ido sucediendo en cascada, con Ancelotti como segundo responsable claro. El italiano no está sabiendo gestionar bien el equipo, no acierta con las rotaciones, ni con los minutos de cada jugador y, por supuesto, mucho menos a la hora de encontrar soluciones a los problemas.
Los títulos y lo que está por llegarEl Madrid ha levantado dos títulos esta temporada, la Supercopa de Europa y la Intercontinental, los dos más sencillos del curso... si no es menos cierto que, para llegar ahí, hay que ganar la Champions del curso anterior. Pero perdió la final de la Supercopa de España, está eliminado de la Champions, a dos partidos de distancia del líder de la Liga y, eso sí, disputará la final de la Copa del Rey. Es decir, la opción más factible de levantar un título y de que Ancelotti siga es el torneo del KO.
Pero se abren varias preguntas: si el Madrid no gana nada más este curso, ¿sería un fracaso?¿Lo sería también si, además, levantara la Copa del Rey? Pero, y si gana Copa y Liga, ¿se olvidaría el resto y pasaría a ser un éxito? Ocho partidos le quedan al Madrid esta temporada para definir el resultado final del curso. Pero lo cierto es que, más allá de los resultados, el estilo de juego deja mucho que desear y las dudas evidentes en cada partido muestran que algo se ha roto.
La reflexión es clara: con lo que hay, no da para competir por todo. El equipo solo ha tenido chispazos muy puntuales y, ante los grandes, solo ha podido ganar al Manchester Cityen los dos partidos de la eliminatoria y al Atlético, los tres en la Champions. Pero ha sido humillado dos veces por el Barcelona, ha perdido con Liverpool, Milan y los dos partidos del Arsenal, además de ser incapaz de ganar a los rojiblancos en los dos partidos de Liga. Es decir, 3 victorias de 10 partidos.
Los señaladosEsta reflexión desemboca en la necesidad de tomar decisiones, pues el rumbo del equipo no es el más adecuado. Evidentemente, se puede perder, pero las formas y las sensaciones son importantes. Pero, de hecho, el Madrid solo perdió dos partidos el curso pasado. ¿Saben cuántas derrotas acumula ya este? La friolera de 12, seis de ellas en la Champions. Por tanto, es evidente que hay una serie de responsables, que quedaron señalados tras el estrepitoso fracaso ante el Arsenal.
En portería, poco se le puede decir a Thibaut Courtois y Andriy Lunin, pues han mostrado gran nivel este año. Quizá su punto débil ha estado en las lesiones, pero su rendimiento no ha sido malo. En defensa, hay varios jugadores que salen muy tocados: Alaba y Lucas están muy lejos de su mejor estado de forma, siendo fácilmente superados por cualquier rival con un mínimo de desborde. Si, además, los dos coinciden sobre el césped, el drama está asegurado para el Madrid.
Rüdiger y Fran García han demostrado ser buenos jugadores de equipo, pero en ningún momento jugadores como para ser titulares indiscutibles a lo largo de una temporada, dejando demasiadas lagunas en largos tramos del curso. Lo mismo que un Mendy más en la enfermería que en el césped. Solo se salva un Asencio que no debe despistarsesi quiere tener un hueco en el equipo... amén de la inexplicable situación con Vallejo. Se necesitan, al menos, tres fichajes.
En la medular, el problema no es menor. Solo Ceballos se antoja como un creador de fútbol, pero sus continuas lesiones le ausentan durante largos periodos y Modric, el otro perfil parecido, cada día tiene la gasolina más justa. Valverde es de lo poco salvable, junto a Bellingham, pero son dos jugadores demasiado exigidos y con el tanque en reserva desde hace muchos partidos. Su desesperación es evidente por verse obligados a tapar con piernas lo que el equipo no logra por concepto.
Tchouaméni ha ido de menos a más y Camavinga ha recorrido el camino contrario, pero ninguno de los dos cumple con su labor. Ni funcionan como stopper, ni son creadores de juego. El Madrid necesita, como el comer, un futbolista de medio del campo, un creador de fútbol con las ideas claras que ordene al equipo con el balón y sin él. Un verdadero capitán que lidere, domine, grite y corrija a los compañeros. Arda Güler, por cierto, se ha perdido en la bruma del banquillo sin continuidad ninguna.
En ataque, muchas figuras y pocos líderes. Ni Vinícius, ni Mbappé, ni Rodrygo han sabido ser el goleador que necesitaba su equipo. Se han repartido los penaltis y las ausencias a la hora de no bajar a defender. Se espera mucho más de ellos. Endrick ha sido un soplo de aire fresco, pero esa ventana no se ha abierto muy a menudo, mientras que a Brahim le sigue faltando continuidad. Necesita más de 5 minutos por partido. Aquí, más que fichar, lo que toca es vender y aligerar cargas.
Ahora, quedan ocho partidos para el final de temporada, donde el Madrid se juega haber firmado una temporada digna o, por el contrario, un fracaso de consecuencias monumentales. Si el conjunto blanco no es capaz de levantar la Liga o la Copa, la primera solución tiene nombre propio y se sienta en el banquillo. Y, a partir de ahí, puede haber más baile de nombres. Este Madrid, con un par de retoques, puede volver a la senda ganadora. Hay juventud y hambre. Solo faltan ideas.