Los lobos del Real Madrid se dan un atracón y se comen a un manso Salzburgo (5-1)

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Demasiados lobos para un rival que era un corderito. El Real Madrid se deshizo del Salzburgo con un magistral Rodrygo. Incisivo, fino y efectivo. La mejor versión del brasileño resultó determinante en un partido de guante fácil, algo soso en la primera y efectivo con la pegada de un jugador que reclama su sitio. Marcó dos goles en 12 minutos de inspiración y los celebró agitando su mano a la cara. Como el que espanta sus males. Porque a Rodrygo le ha costado coger regularidad esta temporada y lleva un año con un rendimiento notable.

Marcaron Rodrygo, Mbappé y Vinícius. Doblete de los dos brasileños. Tres lobos que esperaron su momento para hincarle el colmillo al conjunto austríaco y un cuarto, Bellingham, que no hizo gol, pero que dio un recital de pases, dos asistencias y presencia por todo el campo. El Real Madrid gana el penúltimo partido de esta fase de liguilla en la Champions que le asegura, al menos, estar más cerca de jugar los playoffs para los octavos. Entrar en el top 8 es una misión complicada, pero no imposible y lo tendrá que intentar dentro de una semana, en su visita al campo del Brest. Partido en el que no estará Vinícius, que vio una tarjeta amarilla por simular una caída y el árbitro la castigó. Le toca cumplir sanción.

La victoria refuerza a Rodrygo. El primer gol es de jugador enchufado. Llegó por velocidad a un balón largo de Vinícius al área que no pudo controlar Bellingham. Ahí estaba Rodrygo, con olfato, para rematarlo y cruzarlo al portero. El Madrid se adelantó pasados los veinte minutos en un partido que empezó mal. Tenía problemas para sacar el balón desde atrás, con Fede Valverde en el lateral derecho por la sanción de Lucas Vázquez.

El equipo de Ancelotti estaba incómodo ante un rival descarado. Con jugadores jóvenes que salieron al Bernabéu con atrevimiento y dieron un susto a Courtois en un remate del israelí Gloukh. El balón rozó el poste. El Salzburgo tenía maniatado al Madrid, le cerraba los espacios, presionaba con agresividad y le hacía caer en imprecisiones. El atasco lo rompió Rodrygo, el más activo y enchufado.

Al Real Madrid le faltaba vértigo, profundidad y en una acción de contrataque encontró el segundo gol. De nuevo, Rodrygo. Pero esta vez con un asistente de lujo. Bellingham se marcó un lujazo con un pase de tacón a Rodrygo y el brasileño, entrando desde la banda izquierda, colocó el balón en la red en un golpeo de rosca magistral.

De esta manera fulminó el Real Madrid a un valiente Salzburgo. Con la ley del mínimo esfuerzo, un gran Rodrygo y la jerarquía de Bellingham se fue con una buena ventaja al descanso. Un tiempo en el que Ceballos, como pivote por delante de los centrales, mantiene su espíritu de trabajo que tanta falta le hace al equipo.

Mbappé y Vinícius, se apuntaron

La puntilla, el tercer gol, fue para Mbappé. El francés se ha puesto el mono de trabajo. Corre a todos los balones y tuvo su premio en el inicio de la segunda parte en su perseverancia y lucha. Provocó el pánico en las botas del portero, interceptó el balón tras una cesión de un defensa y marcó a placer. Un gol que celebró el Bernabéu. Mbappé tiene sangre en los ojos. En la primera parte el francés se llevó una ovación por ir hasta el centro del campo, presionar y recuperar un balón. Su rendimiento ha subido en compromiso, efectividad y liderazgo.

El partido se puso para hacer un destrozo y lo aprovechó Vinícius con el cuarto gol. Faltaba el suyo y llegó en un gran pase de Modric al espacio. Vinícius fue a ese balón como si le fuera la vida. Lo necesitaba, no podía desaprovechar su ocasión, se llevó a dos defensas, los rompió en velocidad, regateó y fusiló al portero. Noche redonda para el tridente.

La goleada daba para hacer rápido los cambios y Ancelotti movió el banquillo. Metió a David Alaba y Arda Güler por Bellingham y Ceballos. Ovación para el inglés y el español por su esfuerzo para trabajar con y sin balón. Y, de nuevo, aplausos para el central austríaco, que necesita coger rodaje, ritmo de competición e ir cogiendo sensaciones. Asencio pasó al lateral derecho y Fede Valverde al centro del campo. El canterano estuvo cerca de marcar el quinto gol en un remate tras un saque de esquina.

La noche dio para más cambios. Salieron Brahim Díaz y Endrick por Rodrygo y Mbappé. Ancelotti dejó en el campo a Vinícius, más descansado por la sanción de dos partidos de Liga, y el brasileño hizo el quinto gol. Una jugada en la que el balón recorrió todo el carril central del campo, de Courtois a Fede Valverde, la asistencia del uruguayo y la definición de Vinícius. Los goles tienen una enorme importancia en este formato de la liguilla de la Champions.

Lo que menos se esperaba es un gol del Salzburgo y llegó en un remate a falta de cinco minutos para el final. El Real Madrid se relajó, ya con Jacobo Ramón como central con Alaba, y deja un mal dato: ha recibido goles en los siete partidos de la Champions.

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