¿Quién es Mbappé? La buena y la mala noticia de que llegue hecho unos zorros contra España

La salud de Kylian Mbappé no es la mejor para jugar contra España, pero esto no quiere decir que la estrella de Francia sea menos peligroso. Es una buena y mala noticia que llegue al partido de las semifinales en Múnich hecho unos zorros. Lo positivo es que no está en una versión demoledora. Lo negativo, que despierte y haga un destrozo en los duelos que le toque medirse a Jesús Navas.

Tampoco hay que hacer un drama con la ausencia de Carvajal, al que Mbappé mareó en algún enfrentamiento de clubes, y pensar que va a tener una autopista por su carril. Mucho se está hablando de la fatalidad de que no esté el lateral derecho titular de España y del Real Madrid. Está Navas, al que Luis de la Fuente le tiene una fe inmensa, y que ha demostrado que tiene hechuras para no asustarse. El veterano Navas no se enfrenta a lo desconocido. Esta temporada, para no irnos muy lejos, se comió a Vinícius en el Sánchez Pizjuán. El brasileño, un cromo parecido al del francés.

Mbappé lleva sin hacer un partido descomunal, de esos a los que nos tiene acostumbrados, desde hace más de cuatro meses. En concreto, el encuentro de vuelta contra la Real Sociedad en los octavos de final de la Champions, donde dio una exhibición con dos goles. Desde ese 5 de marzo, su rendimiento ha sido irregular, decreciente y decepcionante en esta Eurocopa.

Es el peor Mbappé desde que se convirtió en la estrella de Francia y uno de los mejores futbolistas del mundo. Lo conveniente es no subestimarlo porque en cualquier momento tiene que volver, marcar las diferencias y ser el terror de las defensas. Pero lleva un largo tiempo que no se encuentra y ha probado en todas las posiciones: de extremo izquierdo, delantero, media punta y por la derecha.

Kylian Mbappé se queja en el suelo durante una acción del partido contra Portugal. (EFE/EPA/Clemens Bilan)

¿Quién es Mbappé? Es la frase con la que Florentino se acorazó antes de empezar la Eurocopa y aguantó hasta que el Real Madrid pudo hacer oficial, en un breve comunicado, su fichaje. Florentino regateaba a los aficionados y a los periodistas en la celebración de la Liga y la Champions con los plazos para anunciar a la estrella de Francia. Él sabía de primera mano, como es lógico, las ganas que tiene el jugador de unirse a un equipo campeón y recuperar la sonrisa.

El porrazo en la nariz, la puntilla

Mbappé se liberó con el anuncio oficial y se propuso recuperar el tiempo perdido, despejar su cabeza y volver a ser una pesadilla para los rivales. Lo necesitaba porque desde ese partido contra la Real Sociedad ni siquiera brilló en la eliminatoria contra el Barcelona, en la que hizo dos goles en Montjuic, pero no fue elegido el mejor jugador del partido. El MVP se lo llevó Dembélé, más determinante con el primer gol y un penalti provocado. El que marcó Mbappé. Hasta Barcola fue más una pesadilla para Xavi que el propio Mbappé.

De esos partidos hasta el final de la temporada, entre las excelencias de Mbappé solo se puede rescatar un hat trick al Montpellier en la Ligue 1 el 17 de marzo. Hace mucho que no se recuerda un recital de Kiki, como le llamaba Luis Enrique, en un partido de fútbol y lo que lleva disputado en la Eurocopa es de un nivel vulgar con un gol en cinco partidos.

Ulises Sánchez-Flor

Este es el estado anímico, físico y futbolístico del Mbappé que se enfrenta a España y que tiene preocupado a Florentino Pérez desde que se fracturó la nariz en el primer partido de la Eurocopa contra Escocia. No está fino y las noticias que reciben en el Real Madrid desde la concentración de Francia son malas. Le duele la espalda y está fatigado. A ello se une que tiene miedo a ir al choque y que la nariz sufra más desperfectos. Llamó la atención que pidiera el cambio en la prórroga contra Portugal.

Lo ideal para España es que Mbappé tenga un mal día en Múnich, aunque la aburrida Francia tiene más argumentos y armas para asustar. Deschamps no ve problemas en la falta de efectividad de su estrella, mermada por la fatiga y la máscara que le limita la visión. El seleccionador dice que solo con su presencia condiciona al rival. Hay que parar a Mbappé y hay que hacer más cosas muy bien. Saber por dónde tienen que penetrar Lamine Yamal y Nico Williams por los extremos. Hacer daño por el centro con Dani Olmo, Fabián y Rodri. Ser sólidos, equilibrados e interpretar correctamente lo que necesita el partido. En el inicio y en los cambios.

Enfrente está una Selección rocosa que tiene en el centro del campo acero y hormigón con Kanté, Tchouaméni, Rabiot y Camavinga. Demasiado físico que se une a la contundencia y velocidad en las bandas con Koundé, Theo Hernández y Dembélé. Lo mejor es no obsesionarse con Mbappé. Está en mejorar fortaleciendo las virtudes de España, como repite Luis de la Fuente tras cada partido.

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