Sorloth desata el éxtasis rojiblanco: el Atleti gana en Montjuic y es líder de la Liga (1-2)
Ayer a las 05:01 PM
La fecha estaba marcada en rojo, y no era para menos. Hace dos meses, una visita a Barcelona se hubiera encuadrado dentro de la noche del terror. Pero ahora, el momento único que vale en el fútbol, el Atleti llegaba en una imperiosa dinámica a Montjuic. Tan es así que ha sido capaz de mantener su invicto con un nuevo triunfo (1-2), en un duelo dominado de principio a fin por los culés. Pero que fue ganado por un tanto de Sorloth en el último minuto del descuento. El Barça alarga su crisis.
Este era un partido que el Barça tendría que haber ganado, porque hizo más que el Atleti. Pero el fútbol es un juez que no entiende de imparcialidad. No hay merecimientos que valgan más allá de introducir la pelota dentro de la red. Con una presión asfixiante, como si fuera una tela de araña, los catalanes ahogaron a los colchoneros. Sorprende que tejieran esa red, cuando eran los visitantes los únicos con alguien con nombre de insecto en sus filas.
La sorpresa llegó al ver las alineaciones, porque Ferran y Olmo se quedaron en el banquillo. Fermín y Gavi empezaron el duelo, con su habitual energía, vital para la tan insistente presión ejercida. Ambos canteranos tenían más ritmo que fútbol, aunque Pedri y Casadó se encargaran de suplir esa deficiencia con el juego señalado en el decálogo de La Masía.
El Atleti superó los primeros 20 minutos sin encajar, detalle reseñable porque sólo podría justificarse mediante la ayuda divina. El transcurso del duelo era la mejor noticia para un equipo que anhelaba el descanso. Pero antes del paso por los vestuarios emergió Pedri. Gavi quiso hacer una jugada individual, el balón le llegó al canario y Montjuic jaleó.
El larguero de Raphinha
Los colchoneros no se habían pasado a visitar a Iñaki Peña, espectador de lujo de un partido dominado en todas las facetas. Que Pablo Barrios acabara exhausto antes del descanso, tras neutralizar un contraataque, dejó claro que la primera mitad se había hecho muy larga. Era el momento de descansar.
El Barça no varió su guion en el segundo tiempo, pero era como si el mismísimo diablo les arrebatara la tranquilidad de las manos. Raphinha hizo una vaselina a Oblak que levantó a todo Montjuic, ansioso por celebrar el segundo tanto. El balón, sin embargo, tenía otra hoja de ruta y acabó en el travesaño.
El intercambio de golpes
Nos tocó el guionista sádico, porque poco después Rodrigo de Paul empató en un mal despeje de Marc Casadó. El remate del argentino fue, prácticamente, la primera ocasión del Atleti. Apenas habían pasado tres minutos del larguero cuando las tablas llegaron. Alguien le estaba dando una ayuda divina a los colchoneros.
Ambos equipos rozaban el segundo, en un intercambio de golpes no apto para cardíacos. El partido se abrió muchísimo, estuvo en el filo de la navaja, así que la Nochebuena podría haberse adelantado tanto en Madrid como en Barcelona.
El golpe para el Barça
El Barça tuvo dos ocasiones claras de Dani Olmo y de Pedri. Sin embargo, los rojiblancos fueron los que no desistieron. Apelaron al nunca dejes de creer para que Nahuel Molina centrara y Sorloth desatara el éxtasis rojiblanco.
La derrota es un golpe duro para el Barcelona, merecedor de un triunfo que hubiera disipado los fantasmas. Y les hubiera otorgado una Navidad tranquila, siempre recomendable por la asidua inestabilidad de la Ciudad Condal, alargada por esta nueva derrota. Para el Atleti, el triunfo es más que una victoria, visto lo visto, porque no ganaban allí desde 2006. Se adelantó el sorteo, y les tocó el Gordo: líderes de la Liga.