El techo de este equipazo se mide en Almería

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La grandeza se mide en la mentalidad. En cómo afrontar las situaciones vitales independientemente de su dificultad. Si con valentía, y la intención de atraer resultados tan felices como positivos, o con el temor de que existe la posibilidad de fallar. A falta de 10 partidos para que acabe la competición, el Levante ha reforzado su condición de equipo grande y se ha postulado como un rival a batir en la categoría. Ha demostrado no solo no tener miedo del adversario que tiene enfrente, sino también ir con decisión a por los partidos sin tener en cuenta el contexto. El conjunto de Julián Calero no es de los que no firma empates. O vence, o los sinsabores que desprenden producen rabia en su interior. Sin embargo, su entrega, compromiso y fe le ha llevado a conseguir una racha que le ha catapultado a la cúspide de la clasificación y a soñar con una temporada inolvidable. Sobre todo la fe, ya que las victorias en Elda, Huesca y contra el Castellón no las consigue cualquier equipo. A pesar de ello, el Levante, que ya afronta finales, quiere ponerse a prueba ante todo un Almería para calibrar tanto su potencial como su ambición, aunque no le falte hambre de gloria en ninguno de sus costados. Talentoso a raudales, pero comprometido como pocos equipos a nivel mundial, el Levante busca dar otro paso hacia el ascenso a Primera, pero su rival a batir no pondrá facilidades pese a que no se encuentre en su mejor momento.

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