Vista al frente sin mirar al pasado

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El transcurso del tiempo, tanto en el fútbol como en la vida, es inevitable. De hecho, todo pasa. Y, por consiguiente, el futuro es el que tiene que imponerse a lo demás. Tanto para alimentar sueños e ilusiones como para dejar atrás épocas de tristeza. El Ciutat de València se encuentra en el proceso de abandonar el drama, los vicios dañinos y la negatividad debido a un grupo de jugadores que le da argumentos para mirar al futuro con optimismo. Independientemente de las ganas que existen en el coliseo de Orriols de navegar en un estado de felicidad que empieza a brotar en sus alrededores. El triunfo contra el Almería, de hecho, sirvió para consolidar la ilusión. Para comprobar que los golpes no afectan, sino que fortalecen. Ahora, es el momento de ahuyentar los fantasmas del pasado, con tal de luchar por una temporada inolvidable mediante la mejor medicina posible: un triunfo contra un rival directo por el ascenso.

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