El Villarreal más divertido de la historia

VILA-REAL. En el planeta fútbol existen pocas afirmaciones que generen absoluto consenso, que nadie se atreva a poner en duda. Quizá ninguna. Pero si hay alguna, esa es la que dicta que los goles son la salsa de este deporte, que son el mejor condimento para que un partido pueda ser tildado como entretenido. Así, a juzgar por la cantidad de tantos por encuentro, se puede asegurar que el actual Villarreal es el más divertido de la historia. 

Los datos así lo demuestran: completada la primera vuelta del campeonato de Liga, en los 19 encuentros del Submarino se han anotado la friolera de 65 goles, la cifra más alta registrada por los groguets en sus 25 temporadas en primera división, sólo igualada por la del curso pasado. 

De esas 65 dianas, 34 han caído del lado del Villarreal (tercer equipo más goleador de la Liga) y 31 del lado de sus rivales (segundo equipo más goleado). Unos números que, aunque muy mejorables, son más positivos que los de la campaña anterior, cuando el equipo acumulaba 27 goles anotados y 38 encajados. En cualquier caso, son unos guarismos que evidencian que sentarse a ver un partido de los castellonenses es sinónimo de disfrute en los últimos tiempos. 

Sólo el Barça le supera en número de goles

En el presente curso, sólo los partidos del Fútbol Club Barcelona, con 73 goles (51 a favor y 22 en contra), superan en número de tantos a los de La Plana Baixa. Para añadir más contexto, en los 190 choques ligueros disputados hasta el momento ha habido una media de 2,6 goles por partido, mientras que en los del Villarreal se han marcado 3,4. 

Así, no es de extrañar que el Submarino haya protagonizado varios de los encuentros más divertidos de lo que llevamos de campeonato: los empates a dos ante Osasuna y Girona con goles agónicos, el alocado 4-3 ante el Celta de Vigo a finales de agosto o el 2-5 cosechado en la visita al Leganés del pasado 22 de diciembre. 

Lo cierto es que estos datos resultan realmente llamativos viniendo de un equipo entrenado por Marcelino García Toral, un técnico que a lo largo de su exitosa carrera se ha caracterizado por la fiabilidad defensiva y el orden de sus proyectos. Sin embargo, en el más de un año que lleva en el banquillo groguet, el asturiano todavía no ha dado con la tecla para cerrar una sangría defensiva que, todo hay que decirlo, ya estaba más que abierta antes de su regreso.