
El árbitro 'masacra' al Tenerife en Santander y el club exige respeto

03/16/2025 08:00 PM
Indignados y con la sensación de haber sido atracados. Así acabó la visita de la expedición del CD Tenerife a El Sardinero, donde cayó derrotado injustamente por 2-1. Los blanquiazules fueron mejores que un Racing de Santander que fue rescatado por el colegiado Andrés Fuentes Molina. El trencilla valenciano masacró al equipo visitante con sus premeditadas decisiones. No le bastó con expulsar, injustamente, al canterano César, sino que además dio validez al segundo tanto cántabro, a pesar de que debería haber sido invalidado por una clara falta cometida por Karrikaburu sobre Aitor Sanz. Falta que, incluso, el VAR le pidió que observara en la pantalla. Arbitraje nefasto que privó al cuadro insular de conseguir su primer triunfo visitante.
Buen inicio de partido del CD Tenerife, que en los minutos iniciales asfixió a los peloteros racinguistas superpoblando la línea medular. De esa superioridad nacieron varias aproximaciones peligrosas de los blanquiazules.
En el minuto 9 despertó el Racing con una falta, en la que César vio tarjeta amarilla, colgada a segundo palo y que Mellot saca in extremis sobre la línea de gol. Poco después, en el 13, Arana soltó un latigazo al que respondió con un paradón Badia sacando abajo una mano milagrosa. El Racing se había metido en el partido y la pelea estaba igualada.
En el 22 le tocó golpear a los visitantes. Derechazo de Waldo, tras pase de César, que obliga a Ezkieta a esforzarse al límite para evitar el 0-1.
En la recta final del primer acto, los dos equipo se desinflaron hasta llegar el final de una primera parte en la que el Tenerife le plantó cara a un Racing de Santander que dispuso de las mejores ocasiones para marcar.
Los blanquiazules fueron un tornado en el arranque de la segunda mitad. Los de Cervera acumularon ocasiones muy claras de gol antes de adelantarse en el marcador. Aitor Sanz, de chilena, Diarra y Cantero anticiparon lo que sí logró, de cabeza, Bam Bam Landázuri. Saque de esquina que ejecutan los visitantes para que se eleve el ecuatoriano sobre el cielo cántabro y remate de cabeza de manera impecable para superar a Ezkieta.
El Racing se quedó noqueado tras el gol visitante y ni los cambios realizados por José Alberto provocaron la reacción local. Lo que nadie esperaba era que fuera Fuentes Molina el que salvase al Racing de Santander de caer derrotado.
Empezó desnivelando la balanza a favor de los racinguistas expulsando al canterano César, quien vio la segunda amarilla por una falta prácticamente calcada a la de la primera parte. El canterano sujeta levemente a Íñigo Vicente por detrás. Falta y nada más. La acción no era merecedora de que fuera castigada con otra amarilla. Pero el trencilla valenciano decidió mostrarle la segunda al lateral, que se tuvo que ir a la caseta antes de tiempo (71). Cervera equilibró a su equipo metiendo en el campo a David, mientras que Waldo se fue al banquillo (72).
Pero ahí no quedó el partido. El Racing olió sangre y fue a por todas. Empató la contienda el club local en el 79. La puso Andrés Martín y la remató sin contemplaciones Karrikaburu dentro del área para equilibrar el marcador.
No se conformaron con la igualada los de José Alberto, que lograron la remontada en una acción que tendría que haber sido invalidada. En el origen del gol, marcado por Andrés Martín, Karrikaburu cometió una falta clarísima. El punta entró en plancha sobre Aitor y luego se cayó sobre el mediocentro. El balón suelto lo aprovechó el exblanquiazul para batir a Badia con un latigazo seco y duro.
La celebración del tanto originó una importante tángana. Manu Hernando se fue a celebrar el gol directamente al banquillo tinerfeño, lo que levantó la lógica indignación canaria. El primero en saltar fue Salvi Carrasco, quien se llevó la amarilla por ir a por el jugador racinguista. Detrás del portero fueron el resto de jugadores blanquiazules, lo que detuvo el encuentro durante muchos minutos.
Y mientras tanto, el VAR analizaba la acción protagonizada por Karrikaburu y Aitor Sanz. En la sala del videoarbitraje vieron indicios suficientes como para que el colegiado principal fuera a la pantalla a ver repetida la acción.
El Sardinero temía que el gol fuera invalidado, pero de manera sorprendente e ilógica, Fuentes Molina decidió mantener la validez del 2-1. Nadie se lo creía. Ni los locales, ni mucho menos los visitantes. A esas alturas la indignación en la expedición tinerfeña era total y absoluta.
Ya en el tiempo de descuento, el Tenerife volvió a morder arriba, pero fue incapaz de inquietar a un Racing que acabó celebrando el triunfo por 2-1.